Le rechazaron un recurso para salir pero consiguió ayuda psicológica

La defensa del acusado cuestionaba la detención antes de resolverse la apelación a un pedido de eximición de prisión

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En un fallo unánime, la Sala 1 de la Cámara de Apelaciones de La Plata rechazó un recurso de hábeas corpus presentado por la defensa de Esteban González Zablocki contra la detención concretada el sábado, por considerar que no se había agotado el carreteo judicial de un pedido de eximición de prisión presentado el viernes, cuando Jorge Gómez todavía tenía signos vitales (con muerte cerebral) y la acusación era por tentativa de homicidio.

La medida fue firmada por los jueces Raúl Dalto, María Silvia Oyhamburu y Fernando Mateos.

Una fuente consultada en Tribunales indicó que, para los camaristas, la decisión del juez Masi, de dejar sin efecto el carácter suspensivo de las resoluciones judiciales establecidas en un artículo del Código de Procedimientos Penal, se ajustaba a derecho y no era arbitraria.

Así, González Zablocki seguirá detenido en la Alcaidía Pettinato de Olmos.

El recurso de la defensa se inscribe en un intercambio de posiciones que también distanció al juez del fiscal, durante el fin de semana.

El acusado se entregó el jueves por la mañana cuando todavía no había acusación en su contra pero la Policía lo buscaba como autor del ataque. Un día después, el fiscal presentó el pedido de detención formal por el delito de intento de asesinato con agravantes por alevosía y ensañamiento. El juez rechazó la calificación del delito y eso implicó la aceptación procesal del pedido de eximición de prisión.

Masi lo rechazó, pero como el sistema exige dos sentencias para dejar firme una medida, el acusado se fue a la casa.

El fiscal, considera que el acusado tiene conocimiento sobre la técnica de golpear y prueba de eso es que tras dar alrededor de 15 trompadas no presentó lesiones en sus puños. Más: sostiene que con un golpe hubiese podido zanjar su fin, pero siguió golpeando como si se sintiera en un combate de cultores de artes marciales mixtas a fin de satisfacer “ganas de pelear” que están presentes “siempre”, según el fiscal.

En suma, Mennucci considera que González Zablocki sabía que podía matar y lo hizo. “Baja, lo ve, se da cuenta de que puede matarlo y lo hace. Es difícil que no se haya advertido que le estaba rompiendo los huesos”, indicó una fuente de la Fiscalía.

Masi entendió que entonces no había acreditación de conocimientos sobre técnicas letales y tampoco ensañamiento con la víctima ni una preparación de la escena que indicara alevosía en los términos en que lo define el código penal.

Desde que le colocaron las esposas, González Zablocki está “quebrado”, según sus abogados. Pasó sus primeras horas como detenido sin conciliar el sueño y sin expresar palabras fuera del balbuceo provocado por el llanto.

Así, pidieron al juez Masi autorización para recibir asistencia profesional. Masi aprobó asistencia psicológica.

 

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