La llegada a la Luna en el recuerdo de los platenses

Es uno de esos acontecimientos grabados a fuego en la memoria colectiva. Cómo se rememora en la Ciudad

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Emoción, sorpresa, cierto grado de euforia. Para los que siguieron por TV la llegada del hombre a la Luna aquel 20 de julio de 1969, el recuerdo del cúmulo de sentimientos que los embargó en ese momento es imborrable. Los casi 50 años que median entre aquella experiencia y el día de hoy parecen desaparecer ante una evocación que, para la mayoría de los consultados, se caracteriza por su intensidad.

“En aquella época yo ya estudiaba en La Plata, pero había decidido ver el alunizaje en casa de los padres de mi novia, en Dolores”, recuerda el psiquiatra Pedro Gargoloff.

Enseguida agrega que hubiera podido verlo en la pizzería y heladería que su padre tenía en la calle Buenos Aires de esa ciudad, una de las más importantes del centro. Pero prefirió la intimidad de una reunión más tranquila junto a su futura esposa y sus futuros suegros. Tenía entonces 18 años.

“La expectativa en la calle era tan grande que en la pizzería de mi papá se había reunido una multitud. Hay que tener en cuenta que en aquella época no todo el mundo tenía televisor. El negocio de nuestra familia se caracterizaba por disponer de unos de los televisores más modernos de Dolores. Mucha gente iba allí normalmente a ver a Boca y otros partidos importantes. El día de la llegada del hombre a la Luna había una cantidad enorme de gente en ese lugar y preferí vivirlo en un ámbito menos concurrido. Me acuerdo que se compró alguna comida especial y se prepararon bebidas para la ocasión”.

José Alberto Mainetti tenía 30 años cuando el hombre dio el primer paso fuera de la Tierra y considera que, seguir aquel momento por televisión representó “un acontecimiento sumamente importante”.

“Lo vimos en casa, por televisión con mi familia. Y me acuerdo que, una vez que se concretó, muchos miraban a la Luna, como no pudiéndolo creer, como si trataran de ver a los astronautas con el ojo desnudo”, cuenta.

Mainetti también rememora que las opiniones frente a aquel acontecimiento estaban divididas: “todavía no había llegado esa manía de ponerlo en cuestión, pero sí algunos criticaban que se hubiera gastado tanto dinero en una misión que se enmarcaba en la feroz competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética por la conquista del espacio. Otros, por el contrario, celebraban ese paso histórico dado en el marco de la revolución tecnológica”.

Un momento inolvidable

Para Vicente Ciancio, especialista en medicina aeroespacial, el de la llegada a la Luna representó un momento inolvidable.

“Yo ya había formado mi familia, pero recuerdo que en esa ocasión nos reunimos también con mis padres en casa de ellos, frente al televisor blanco y negro con una enorme expectativa: no era para menos, era la primera vez que el hombre pisaba otro cuerpo celeste. Recuerdo que el logro nos llenó de emoción. Fue una transmisión larga y la seguimos con mucha expectativa. Yo todavía no tenía la especialidad en medicina aeroespacial, pero creo que ese acontecimiento me ayudó a decidirme a especializarme en ese campo”.

Por su parte, la oncóloga Silvia Bonicatto recuerda que vio la llegada del hombre a la Luna junto a sus padres y su novio.

“Yo tenía 18 años. Recuerdo que era una noche hermosa y mientras lo mirábamos por televisión en la casa de mi madre salí al patio a ver la luna. Y no podía creer ni entender como había gente allá arriba. Tengo ese momento grabado a fuego en mi memoria”, recuerda.

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