Se deben erradicar las canteras y los basurales ilegales

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Una vez más las canteras ilegales de nuestra zona volvieron a originar justificados reclamos vecinales –así como medidas sancionatorias y de clausura, en el último de los casos, como se sabe, no acatadas, que obligaron a la Municipalidad a repetir operativos- en una situación que deja a la vista los riesgos sanitarios que corre la población a partir de la presencia de estos predios.

En esta ocasión el problema se encuentra planteado en la cantera ilegal de 19 y 85, convertida en un inmenso basural a cielo abierto, en donde debieron reiterarse operativos comunales para ponerle freno a lo que sucede en ese predio de Altos de San Lorenzo. Tal como se informó en este diario, en un procedimiento conjunto realizado anteayer la Municipalidad de La Plata, la Policía Ecológica de la provincia de Buenos Aires y la Jefatura Departamental, intervinieron en la cantera ilegal, tras haberse comprobado que los responsables habían violado la clausura dispuesta por la Justicia de Faltas.

Se consignó que, luego de corroborar que en el mencionado predio se depositaban y quemaban desechos de manera permanente, generando un grave perjuicio a la salud de los vecinos de la zona, ya se habían resuelto dos clausuras definitivas sobre la cantera por contaminar de un modo peligroso para la salud de la población. Sin embargo, esas medidas no fueron acatadas por los responsables del lugar.

Según explicaron fuentes comunales, en esta oportunidad, los vecinos denunciaron la reactivación de las actividades en el predio e, inmediatamente, los organismos mencionados acudieron al sitio. De este modo el Municipio acompañó el pedido de los vecinos y, además, decidió ampliar la denuncia iniciada originalmente para que se investigue la violación de la clausura bajo el delito de ‘Desobediencia’ y que se avance en las actuaciones legales por la amenaza recibida por un funcionario municipal, supuestamente por parte de uno de los denunciados como responsable del predio durante el reciente operativo.

Más allá de estas referencias, bien se conoce que hace ya varias décadas que las numerosas canteras existentes en nuestro distrito –se habla de más de 60- significan la presencia de diversos problemas extremadamente complejos. Algunas de ellas resultan ser especialmente peligrosas, pues se han convertido en espejos de agua de gran profundidad, que año tras año han cobrado la vida de bañistas; o por aquellas otras que constituyen una de las formas de degradación del suelo más características de la zona, en un deterioro que se torna más grave al estar ubicadas en suelos considerados aptos para otros tipos de usos.

Como si todo eso fuera poco, es sabido que en la zona se generalizó años atrás la práctica de transformar esos pozos en enormes basurales, con el consiguiente potencial para convertirse en focos de contaminación no sólo superficial, sino también subterránea, en cuanto su profundidad frecuentemente llega hasta las napas de agua, por lo que pueden envenenar los recursos de la Región para la provisión de agua potable, entre otros males.

La profusa experiencia acumulada en estos años –muy negativa en lo que concierne a los problemas de contaminación y lamentablemente dramática en lo que se refiere a los problemas de seguridad que plantean- reclama de las autoridades el decidido impulso de políticas integrales en torno a la mejor existencia de canteras y a la erradicación de todos los basurales a cielo abierto, muy especialmente en zonas que se encuentran densamente pobladas.

 

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