En la estrategia electoral oficialista, los kirchneristas son el pasado y el Presidente proyecta futuro

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Por MARIANO SPEZZAPRIA

@mnspezzapria

Sobre la hora, cuando falta poco más de un mes para el primer round electoral del 11 de agosto, el Gobierno consiguió perfilar un discurso para encarar la campaña que viene, basado en la idea de que el oficialismo proyecta una visión sobre el futuro del país, mientras que el principal frente opositor sólo busca volver al pasado.

La estrategia gubernamental quedó expuesta ayer cuando el presidente Mauricio Macri blanqueó que junto a su par brasileño Jair Bolsonaro negociarán un tratado de libre comercio con Estados Unidos, tras el resonante acuerdo alcanzado entre el Mercosur y la Unión Europea.

La oportunidad elegida por Macri para ratificar su tándem geopolítico con Bolsonaro no fue casual: prácticamente a la misma hora, su rival electoral Alberto Fernández llegaba a Curitiba para visitar en la prisión al ex presidente brasileño Lula, quien se considera un preso político y cuenta con el apoyo del kirchnerismo, su aliado natural en la Argentina.

Rápido de reflejos, el precandidato a vicepresidente Miguel Pichetto aprovechó que le cedieron el micrófono en el CCK para conceptualizar la estrategia de Juntos por el Cambio: “El camino que emprendió el Gobierno es de salida para el país y se orienta a la consolidación de un capitalismo moderno, inteligente e integrado al mundo”, definió.

En un discurso ante el Gabinete ampliado, Pichetto agregó: “Uno de los ejes de discusión es una Argentina cerrada y de fuerte intervención o una Argentina integrada y abierta al mundo, en la que se busca consolidar una democracia de concertación y diálogo”. Claro que el Gobierno necesita ahora traducir este discurso en las encuestas de intención de voto.

Ahí aparecen los inconvenientes, porque Cristina Kirchner –que es la “encarnación del pasado” para el oficialismo- se mantiene lejos de la campaña y no entra en debates con Macri ni con el Gobierno. De hecho, ahora está en Cuba visitando a su hija Florencia –que afronta problemas de salud- y no regresará al país hasta la semana próxima.

El Gobierno necesita ahora traducir este discurso en la intención de voto

 

Actuando como el alter ego presidencial, el jefe de Gabinete Marcos Peña deslizó ayer cierta frustración del oficialismo porque Cristina “no da la cara” en la campaña. “La líder del kirchnerismo, la verdadera candidata, no aparece en la discusión pública”, sostuvo el jefe de campaña de Juntos por el Cambio tras la reunión en el CCK.

Según pudo saber EL DIA, el Gobierno decidió apretar el acelerador a fondo para el primer turno electoral –las PASO de agosto- porque teme que una diferencia de entre 7 y 10 puntos a favor de la fórmula Fernández-Fernández de Kirchner provoque pánico en los mercados y se altere la paz cambiaria que se consiguió bajo el paraguas del FMI.

En ese contexto, Macri se apoyará en los principales candidatos oficialistas, la gobernadora María Eugenia Vidal y el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta. Ayer los elogió, al calificarlos de “maravillosos candidatos”. Pero más allá de las palabras, lo que necesita el Presidente es que ambos le aporten votos para fortalecerlo frente a la remozada alianza peronista.

En el Centro Cultural Kirchner, Macri también ponderó a Pichetto mediante un tiro por elevación contra Sergio Massa. “En una sociedad que se ha basado en la ventajita corta, este hombre dice lo que piensa”, dijo sobre su compañero de fórmula. En la mesa chica de la Casa Rosada utilizan el apodo “ventajita” para referirse al jefe del Frente Renovador.

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