Aquella Tercera que cambió la historia

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Por EDUARDO TUCCI

deportes@eldia.com

Era distinto. El fútbol de la década del 60 tenía otras cosas. ¿Era mejor o peor? Era distinto. Y con rasgos que jamás podremos olvidar quienes tuvimos la suerte de vivirlo. Eran tiempos en que había que madrugar para poder ver el programa completo que ofrecía el fútbol de entonces. La tercera, por ejemplo, arrancaba a las 11, dos horas después la reserva y el plato fuerte a las 15. Increíble pero real.

¿Y por qué arrancar esta crónica dedicada a Oscar Malbernat recordando todo esto? Fundamentalmente porque Cacho fue uno de los responsables de que la gente fuera tempranísimo a la cancha ya que nadie quería perderse a “La tercera que mata”, aquel equipo diseñado y dirigido por don Miguel Ignomiriello que asombró a todos con sus producciones además de permitir la proyección de quienes resultaron la base del equipo que llenó de logros al club albirrojo.

Cacho, junto a Poletti, la Bruja Verón, el Bocha Flores, Carlos Pachamé, Juan Etchecopar y Eduardo Luján Manera, sólo por nombrar algunos, integraron ese notable equipo preliminarista que ganó 27 de los 34 partidos que disputó y alcanzó su techo máximo en 1965. De allí Zubeldía fue tomando la base del equipo que desde 1967 se anotaría en las carteleras principales.

Malbernat era un líder de aquel grupo y ya en 1962 cuando empezó a merodear los planteles principales del club se lo destacaba por su “buena marca y proyección”. Un producto directo de la cantera albirroja que, a diferencia de lo que ocurre hoy, se quedó en el club varias temporadas hasta que años después decidiera pasar a Boca para terminar su carrera más tarde en Racing.

Pero en aquella escenografía distinta a la actual también había lugar para trayectorias extendidas y no pasajes efímeros como suele ocurrir en el fútbol moderno. Eran tiempos en los que “los jugadores del club” tenían tiempo y espacio para devolver en la cancha todo lo que había aprendido en su casa deportiva. Por eso el recuerdo y la gratitud hacia campañas como las de Cacho Malbernat llegan a un nivel destacado.

Se lo puede homenajear a Cacho Malbernat de mil formas, haciendo hincampié en cualquiera de todos sus logros en primera división, pero recordar aquella notable plataforma de lanzamiento vale la pena y los que peinan canas me van a dar la razón.

 

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