Las 84 horas que hicieron historia

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Martín Glas

Autor del libro “Nürburgring 1969”

Nürburgring fue la culminación de lo que significó la fabricación del Torino, el primer auto argentino en superar los 200 kilómetros por hora; y tuvo lugar en un momento muy particular en el que el automovilismo deportivo todavía era una pasión de multitudes que movía más gente que el fútbol en nuestro país. La idea de llevar el Torino a correr a Alemania contra las principales marcas europeas se impuso un poco a partir del desempeño sorprendente de un auto que ganó desde su primera carrera, la Vuelta de San Pedro en 1967, rompiendo una larga tradición en el turismo carretera donde las victorias se alternaban hasta ese momento entre Ford y Chevrolet.

Y en Nürburgring ya no corría contra cupecitas de diseño antiguo, sino contra los últimos modelos de Lancia, Alfa Romeo y Porsche. Es cierto que no todos eran equipos oficiales de esas marcas, pero algunos tenían pilotos de excelencia y aún así quedaron fuera de carrera a las pocas horas de largar. Y es que el desafío era desmedido: correr una carrera de tres días sin parar era una exageración: pocos pilotos y coches aguantaban eso. Ya completar el circuito era una hazaña (apenas llegaron 19 de los 64 auto que habían largado) y el Torino no solo completó el circuito sino que lideró la carrera durante dos días. Si no se quedó con el primer puesto, que lo obtuvo Lancia, fue porque le descontaron vueltas por reglamento, aunque en vueltas sobrepasó a todos los demás.

 

 

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