Un nuevo faltante de drogas contra el VIH plantea un duro interrogante
Edición Impresa | 4 de Agosto de 2019 | 03:26

Por NICOLÁS MALDONADO
Un pedido de informes presentado por una organización civil a la dirección nacional de Sida puso en evidencia días atrás que la cantidad de drogas compradas a principio de año por el Estado sería insuficiente para brindarle a las personas con VIH el tratamiento que les garantiza la ley en nuestro país. Como salió a denunciar esa organización, a la que luego se le sumaron otras, algunos hospitales y centro de salud no están entregando ya tres medicamentos de uso habitual y antes de fin de se agotaría el stock de unos quince más.
Además de la angustia que generó entre las cerca de 9 mil personas que dependen de la cobertura del Estado para recibir la medicación contra el VIH (en su gran mayoría por carecer de obra social) la situación desató una fuerte reacción de organizaciones del sector, dado que no es la primera vez que se produce un faltante de drogas durante la actual gestión.
Pese a que en Argentina la epidemia de VIH es más o menos estable (desde hace más de una década se dice que hay unas 120 mil personas que viven con la enfermedad) y esto ayuda a prever la demanda de medicación, en los últimos cuatro años se han producido invariablemente baches en la provisión de drogas por parte del Estado. Así lo vienen denunciando las organizaciones con mayor o menor grado de indignación: mientras que algunas de ellas lo atribuyen a problemas de logística, otras acusan directamente al gobierno de un recorte intencional.
Si la provisión de tratamientos falla, la epidemia de VIH podría volver a dispararse en el país
Si bien a mitad de semana, en medio de la agitación que produjo la denuncia de un nuevo faltante, el gobierno salió a garantizar la cobertura de los tratamientos y anunció una compra que permitiría resolver la escasez de una droga en particular, el episodio volvió a dejar en evidencia una política en el manejo del tema que no sólo pone en riesgo la salud de miles de personas que conviven la enfermedad.
Si la transmisión del VIH ha logrado reducirse significativamente a lo largo de las últimas décadas en Argentina esto ha sido en gran medida gracias a que muchas personas reciben tratamientos que les han permitido volver indetectable su carga viral. Si la provisión regular de esos tratamientos falla, la epidemia, advierten médicos infectólogos, podría volverse a disparar.
PREOCUPACION
“Lamentablemente estamos comprobando que lo que se preveía cuando supimos del recorte que el gobierno hizo en el presupuesto de Salud para 2019. Las personas con VIH no están recibiendo sus medicamentos en los hospitales y centros de salud de las distintas jurisdicciones del país. El ajuste es inaceptable y viola los derechos fundamentales de los ciudadanos que necesitan de un Estado activo para asegurar sus necesidades”, dice Lorena Di Giano, directora ejecutiva de la Fundación Grupo Efecto Positivo, la organización que salió a denunciar la situación tras recibir un informe oficial.
Esa Fundación, que atribuye el problema al recorte presupuestario de 1.724 millones de pesos surfrido este año por la Dirección Nacional de Sida, denunció puntualmente la inexistencia de stock de una droga en particular (Efavirenz) y de dos combinaciones (darunavir/ritonavir y tenofovir/emtricitabina/efavirenz) desde junio pasado.
“Los faltantes son reales. No podemos estimar la cantidad de personas que están sin tratamiento porque no todos los centros de salud tienen faltas; pero el Hospital Muñiz, principal referente de VIH a nivel nacional, los registra. Y no es la primera vez que ocurre esto. Ya pasó en 2016, 2017 y también el año pasado; siempre para esta fecha, que es cuando la dirección nacional comienza a quedarse sin provisión. El hecho de que la situación se repita evidencia que más que una falta de previsión en la compra anual hay una intención de recortar”, señala Matías Muñoz desde Ciclo Positivo, otra de las organizaciones del sector.
Los cambios de esquema de drogas que conlleva su falta resultan en general muy perjudiciales
“Sabemos que los programas de VIH de algunas provincias fueron avisados de que iba a producirse un faltante de drogas para que vieran la forma de evitar que los pacientes que están bajo su órbita se queden sin medicación. El problema es que cuando el gobierno nacional no provee la cantidad de drogas suficientes, los gobiernos locales no siempre salen a cubrir ese bache”, explica por su parte el infectólogo Miguel Pedrola, director de Aids Healthcare Foundation en nuestro país, quien se reconoce preocupado por la situación
Si bien reconocieron también que existe un faltante de drogas, en la Fundación Huésped, salieron dias atrás a trasmitir tranquilidad. “La regularización en la provisión del Darunavir se estaría resolviendo esta semana a través de una donación del Laboratorio Richmond para cubrir la urgencia y de una compra publicada en el Boletín Oficial”. En tanto, que el faltante de una las combinaciones se resolvería en septiembre al regularizarse una entrega de la Organización Panamericana de la Salud, asegura un comunicado que difundió el miércoles esta entidad.
RIESGOS
Pese a confiar en que la situación va camino a solucionare, en la Fundación Huésped reconocen que “el faltante ocasional de medicamentos para el VIH, así como también de vacunas y de métodos anticonceptivos, es una situación que se ha repetido durante esta gestión de gobierno y pone en evidencia dificultades internas en los procesos de logística de compra que no deberían suceder”.
“En nuestro país la epidemia de VIH es estable, lo que permite anticipar la compra de tratamientos con tiempo suficiente para evitar faltantes. Del mismo modo, la provisión de vacunas y de métodos anticonceptivos también puede y debe ser anticipada. Estas insuficiencias no hacen más que entorpecer la adherencia a los tratamientos y dificultar el acceso al derecho a la salud de la población”, advierten desde la Fundación.
Si bien no existen en principio razones para suponer que el nuevo bache en la provisión de drogas contra el VIH no vaya a solucionarse, las organizaciones del sector señalan el riesgo que implica que este tipo de situación se produzca de manera habitual.
Ocurre que ante la falta de algunas drogas, la primera soluciones que se les ofrece a las personas en tratamiento es “cambiar el esquema de medicación, lo que resulta en general perjudicial -explican desde la Asociación Ciclo Positivo- Cuando la persona va a buscar su tratamiento y en la farmacia le dicen que no hay y que consulte a su médico por el cambio de esquema, tiene que esperar a conseguir un turno con su médico y que éste le cambie el tratamiento. Y durante ese período en que no toma la droga, no solamente corre riesgo de que el virus se replique sino también de generar resistencia, a esa droga,y a todas las drogas de la misma familia de la que dejó de tomar”.
Lo mismo señala el médico infectólogo Miguel Pedrola, responsable de AHF en el país. “Los faltantes de drogas llevan a que los pacientes empiecen a administrar sus tratamientos para estirarlos, tomando las pastillas un día sí y otro no, lo que puede conducir a que desarrollen resistencia a ellos; o directamente se vean forzados a interrumpirlos, con lo cual aumenta su carga viral y, al dejar de ser ésta indetectable vuelven a transmitir la infección”.
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