Se repiten los casos de fiestas teñidas por la violencia

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La violencia dice presente a menudo en fiestas entre jóvenes y/o adolescentes. Prueba de ello son algunos antecedentes recientes.

El 30 de diciembre, en una fiesta de fin de año, un jugador del Club Varela Junior golpeó a un joven en Draft, un boliche de Quilmes. Al joven se le rompieron los anteojos, y tuvo varios cortes en el ojo izquierdo y lesiones en la córnea.

En octubre, el video de otro episodio violento con rugbiers se viralizó: durante una fiesta del San Isidro Club un grupo de jugadores atacó a un hombre de 40 años que, según confirmó después esa entidad, era un ex jugador del mismo equipo pero de la camada 1979. Desde el club sostuvieron que fue “una broma”.

En Rosario, 5 jugadores fueron condenados en 2019 a pagar una multa y realizar tareas comunitarias por iniciar una pelea en el boliche Wallas y golpear a un empleado y a clientes.

 

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