Un programa prácticamente vacío de contenido

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El acuerdo sobre el programa nuclear iraní quedó casi vacío de contenido tras el anuncio de Irán de que dejará de respetar los límites que imponía el texto de 2015. Sin embargo, afirman expertos, Irán mantiene cierta prudencia y evita denunciarlo en su totalidad.

El acuerdo entre Irán y las grandes potencias se firmó en 2015 en Viena para garantizar la naturaleza pacífica de su plan nuclear. Irán es “políticamente muy prudente” porque “no dice ‘abandonamos el acuerdo’”, asegura Robert Kelley, ex director de las inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Tras varios meses incumpliendo partes del texto, la comunidad internacional temía nuevas violaciones, en medio de la tensión causada por el asesinato en Irak del general iraní Qasem Soleimani por un ataque de EE UU. Según el acuerdo de 2015, Irán solo puede enriquecer uranio al 3,67 por ciento, un nivel muy inferior al 90 por ciento necesario para fabricar una bomba atómica.

Tras la decisión de EE UU de dejar el acuerdo en 2018 y restablecer las sanciones económicas, Irán dejó de respetar el acuerdo y enriquece actualmente al 5 por ciento. Este nivel permite alimentar las centrales nucleares para producir electricidad. Irán aseguró sin embargo que seguirá colaborando con los inspectores de la OIEA, que podrán acceder a las instalaciones nucleares del país.

Las centrifugadoras son indispensables para producir uranio enriquecido. Tras el acuerdo de Viena, Irán redujo en 5.060 el número de centrifugadoras activas (frente a más de 19.000 anteriormente) y se comprometió a no superar ese número durante diez años. Pero en septiembre el país incumplió el acuerdo poniendo en marcha en la planta de Natanz centrifugadoras con tecnología avanzada. En noviembre también puso de nuevo en marcha centrifugadoras en la planta de Fordo.

El objetivo original del acuerdo era que, si Irán quisiera fabricar una bomba atómica -lo que el país siempre negó-, necesitara como mínimo un año, o más. Ahora, ese tiempo es inferior a un año y podría ser aún menor si Irán pasara a enriquecer uranio al 20 por ciento y aumentara la capacidad de sus centrifugadoras.

“Ya no hay nada que obstaculice el programa nuclear de la República Islámica de Irán en el terreno operativo”, declaró el gobierno iraní, que dice estar dispuesto a volver a cumplir el acuerdo si EE UU levanta las sanciones que aplica desde 2018. (AFP)

 

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