Ni brujas, ni santas ni muertas (aún)
Edición Impresa | 1 de Noviembre de 2020 | 04:44

Por IRENE BIANCHI
irenebeatrizbianchi@hotmail.com / @IRENEBIANCHI
-¿A ver, mis Brujitas? ¿Escobas estacionadas? ¿Gorros y capas en el perchero?
-¿Lo decís por “Halloween”, Ágata? Yo ni bola a esos festejos foráneos.
-Si eso fuera cierto, Nelly, tampoco le daríamos pelota a Santa Claus, a los conejitos de Pascua, a los Reyes Magos, al Día de los Enamorados, y tantos otros bolazos importados.
-Ayer me tocaron timbre unos cuantos pibitos disfrazados y enmascarados. “Truco o trato”, gritaban desaforados. Ni les abrí. Tiré algunas golosinas por la ventana para evitar represalias. En una de ésas eran chorros aprovechando la volada.
-Hoy es el Día de los Muertos, ¿no?
-¿De los muertos vivos? De ésos tenemos de sobra en la política. Son inmortales algunos chabones. Y vuelven a la palestra como si nada. Duhalde, Menem …
-¡Tocáte la izquierda, Mechi! El capicúa ungió a Zulemita, ¿vieron?
-Zulema María Eva Menem Yoma. Así se llama. Se presenta en las legislativas 2021.
-¿Habrá?
-¿Qué cosa? ¿Legislativas 2021?
-No. 2021. ¿No nos exterminaremos antes? A este paso, no me extrañaría que cayeran sobre nosotros las 7 plagas del apocalipsis.
-¡No exageres, Ñata! Ya se viene la vacuna.
-¿Cuál? ¿La rusa? ¿La china? ¿La inglesa? ¿La norteamericana? ¿La “meid in Aryentain”? Hay más de 70 en marcha, aunque ustedes no lo crean.
-Yo me las pongo todas. Lo que abunda no daña.
-Creo que nosotras, las mayorcitas, tenemos prioridad cuando aparezca.
-Lógico. Porque tenemos menos hilo en el carretel.
-Perder un año a esta altura del campeonato, es una tragedia, chicas. Un año al tacho.
-Perder, lo que se dice perder, no lo perdimos, Silvi. Estamos encerradas, eso es cierto, pero aprendimos una bocha de cosas, gracias al exceso de tiempo ocioso. A zoomear, sin ir más lejos. A limpiar la casa a fondo. A cocinar platos nuevos. A hermosear el jardín. A hacer compost casero …
-Y eso ¿qué es?
-Un abono que preparás con deshechos húmedos de cáscaras de frutas y verduras, yerba, té, café, hojas secas. Achicás un montón la basura y fertilizás la tierra. Doble propósito.
-¿Servirá para hacer cremas de belleza? Digo, alguna máscara rejuvenecedora.
-Yo no probaría, por las dudas. Además, las arrugas y las canas están de moda. Hemos vuelto a lo natural.
-¿Los rollitos y los flotadores también califican?
-¡Obvio! Hay que deconstruirse. Basta de ser esclavas de la imagen. No existen los cuerpos perfectos. Como dice mi hija, no somos un talle, mujeres.
-Ustedes se van a reír, pero a mí me crecieron los pies, con esto de andar en pantuflas, ojotas y en patas. A lo ancho y a lo largo me crecieron. Dos canoas tengo. No me animo a probarme los tacos para no deprimirme.
-Te los podés vendar, como hacían las chinas. Dicen que cuanto más chicos eran sus pies, más posibilidades tenían de pescar marido. Había un fetiche con los pies pequeños.
-¡Por Dios! ¿Tanto sacrificio para casarse? Menos mal que eso ya es historia antigua.
-Lo que sí va a haber post pandemia es un “baby boom”.
-¿Un “baby” qué?
-¿No se acuerdan de los “baby boomers”? Los que nacieron allá por el ‘45, para convertirse en los hippies de la década del 60. “Peace & Love”. “Hacé el amor, no la guerra”. La gloriosa época de la Beatlemanía, Woodstock, pacifismo, ayahuasca …
-Qué bien nos vendría un poco de pacifismo ahora, ¿no? Este íspa es un polvorín.
-Nos podría fumigar un avioncito con Valium para todes.
-Propongo un brindis con té de tilo, chicas. Ni brujas, ni santas ni muertas. ¡Chin, chin!
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