Biden ya no considera a Trump y se reúne con líderes mundiales

Antes lo había hecho con Boris Johnson y Emmanuel Macron. El actual presidente sigue “atrincherado” en la Casa Blanca

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Washington y Filadelfia

A nueve días de las elecciones, el presidente electo pero no consagrado oficialmente de EE UU, Joe Biden, ayer siguió adelante con su agenda de futuro mandatario de la primera potencia mundial sin esperar ya algún gesto de admisión de la derrota de Donald Trump.

El demócrata habló por teléfono con el papa Francisco y con tres dirigentes de países aliados de Asia, con quienes se comprometió a mantener los pactos de defensa mutua y a restablecer las relaciones, un tanto debilitadas bajo el mandato de Trump.

Lo mismo había sucedido en la semana con el primer ministro de Inglaterra Boris Johnson y con el presidente de Emmanuel Macron.

Biden prefirió así dar una imagen de gestión o de planificación del trabajo a futuro de quien se sabe ganador de las elecciones sin esperar las jugadas que podrían venir desde el campamento republicano, y le dejó la actitud beligerante a sus principales espadas en el Capitolio.

Por ejemplo, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, advirtió a sus colegas republicanos que están “envenenando” la democracia al seguir negándose a reconocer la victoria.

Trump también prefirió ayer dejar de lado sus mensajes altisonantes de Twitter y de alguna manera intentó transmitir que sigue y seguirá al mando del Salón Oval al emitir una renovación de la declaratoria de emergencia nacional, realizada hace 26 años, provocada por la proliferación de armas nucleares, químicas y biológicas de destrucción masiva.

Cinco días después de que todos los principales medios estadounidenses declararan ganador a Biden basados en proyecciones y resultados oficiales, Trump sigue sin admitir que perdió, en una ruptura histórica con los usos tradicionales de la política estadounidense.

Según analistas políticos, esta podría ser una estrategia para movilizar a la base política de Trump antes de dos elecciones clave de segunda vuelta para los dos escaños del Senado que le corresponden al estado de Georgia, que determinarán qué partido controlará la Cámara Alta.

Varios legisladores republicanos, incluido el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, respaldaron a Trump, quien impulsa una avalancha de demandas judiciales que el partido ha presentado para impugnar la votación.

Mientras tanto, Biden, afianzado luego de nombrar a su jefe de gabinete, y cruzar mensajes con varios dirigentes europeos, se entrevistó con el primer ministro australiano Scott Morrison, el presidente surcoreano Moon Jae-in y el primer ministro japonés Yoshihide Suga.

Durante su conversación con Biden, Suga lanzó una firme advertencia sobre “la situación cada vez más grave en la región en materia de seguridad”, según un comunicado de las autoridades japonesas.

Durante los cuatro años de la administración Trump, los aliados de EEUU en Asia dudaron en varias ocasiones de la voluntad del presidente estadounidense de respetar los compromisos adquiridos por Washington en caso de conflicto militar internacional.

Al hablar con Moon, el presidente electo habría dicho que la alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur constituye el “pilar de la seguridad y de la prosperidad” en la región.

En la otra conversación telefónica trascendente del día, Biden recibió las felicitaciones del Papa, a quien el exvicepresidente agradeció “por extenderle sus bendiciones y felicitaciones”.

Según un comunicado del Partido Demócrata, Biden le manifestó al pontífice su aprecio por su liderazgo en la promoción de la paz, reconciliación y lazos comunes de humanidad alrededor del mundo.

Rusia calificó de “arcaico” el sistema electoral de EEUU

El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, calificó al sistema electoral estadounidense de uno de los más “arcaicos” del mundo, tras la victoria de Joe Biden, rechazada por Donald Trump, y afirmó que “deforma la voluntad del pueblo”.

El jefe de la diplomacia criticó el carácter indirecto de la elección presidencial, que es elegido por los electores designados por sufragio.

“Si los estadounidenses están dispuestos a vivir con esta tradición que deforma considerablemente la voluntad del pueblo, que lo hagan”, criticó Lavrov.

Según el sistema de EEUU, el vencedor no es quien consiga más votos a nivel nacional, sino el que gana el colegio electoral, constituido por 270 representantes de todos los estados.

Rusia es uno de los países, junto con China, que aguardan la publicación de los resultados oficiales para felicitar al vencedor de los comicios celebrados el pasado 3 de noviembre.

 

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