Ladrón amenazó con “quemar a la nenita” en un brutal asalto

Fue en un kiosco de 146 y 60. Al momento del hecho estaban el dueño junto a dos mujeres y la hija menor de una de ellas. “Vivimos con miedo”, aseguró la empleada

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Cuando Graciela vio en las imágenes al supuesto cliente lo reconoció enseguida a pesar del barbijo y la visera. Dos meses antes había intentado robarle a su marido, mientras ella trabajaba en el maxikiosco de 60 y 146, una esquina muy transitada de Los Hornos pero que no está exenta a la ola de inseguridad que se vive en la Ciudad. El sábado pasado minutos antes de las 20 horas, el sujeto regresó para repetir sus intenciones, y la secuencia quedó grabada por las cámaras de seguridad instaladas en el interior.

En el local ya tienen experiencia en este tipo de hechos y aseguran que por la noche “se vive con miedo”. La mujer no estaba al momento del atraco, pero remarcó que “yo tuve dos intentos de robos y me salvaron los clientes”. Y añadió: “Acá entra un chico con casco o con gorrita y ya pensás que te van a robar. Vivís asustado”.

En el asalto del fin de semana podría haber ocurrido una tragedia. Según se observa en el video, aún antes de decir algo el recién llegado extrajo de su campera roja un revólver corto, plateado, y apuntó hacia el mostrador donde atendían el dueño del local, la pareja de él y sus hijas de 9 años y 18 años que la acompañaban. Durante 38 segundos, el ladrón amenazó sin parar a los presentes y encañonó a uno y a otro sin miramientos. Incluso a la menor de edad.

“TE QUEMO A LA NENITA”

“Si se le escapaba un tiro hacía un desastre”, le dijo a EL DIA un comerciante vecino, quien indicó que el delincuente no logró llevarse una suma significativa de dinero, porque a esa hora “no hay mucho y con la cuarentena bajaron las ventas”.

Gustavo, el propietario y damnificado, refirió que “al principio se lo notaba tranquilo porque cuando entró vio a todas mujeres”. La adolescente permanecía en la zona de la caja y su mamá acomodaba unas botellas en la heladera. Su aparente calma se modificó apenas observó que también había un hombre. “Ahí se alteró y empezó a revolear el arma, a pedir ‘la plata grande’”, detalló la víctima.

No obstante, el ladrón buscaba algo más que los billetes. Quería “celulares” y amenazó con matar a la pequeña: “Dale papá, dale o te quemo a la nenita”, le espetó a Gustavo. Éste lo miró con detenimiento y se dio cuenta de que el otro “estaba sacado, tenía un ojo morado y la nariz partida”.

El episodio no duró demasiado, aunque “parecía que no se terminaba más”, contaron. Con lo que le entregaron, salió del comercio y cerró la puerta detrás de sí. Afuera lo esperaba un cómplice con la moto encendida y lista para escapar.

Sin detenerse a pensar en las consecuencias, el dueño salió a perseguirlo y le arrojó con lo primero que encontró. La situación se puso tan tensa que otras tres mujeres que esperaban en la vereda ingresaron con rapidez al polirrubro.

“Fue horrible, una locura”, afirmaron. El botín fue escaso, pero el terror que causó fue mayúsculo.

En tanto, Graciela señaló que a “los chorros no les importa que haya cámaras. Es más, cuando entró la primera vez miró a la cámara y sonrió”.

 

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