La ultraderecha alemana saca pecho contra las restricciones

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Berlín

Gemma Casadevall

EFE

La ultraderecha alemana trata de sacar pecho en medio de sus trifulcas internas como “defensora de las libertades” frente a la “política de la bancarrota” que, según ese partido, impone en medio de la pandemia la canciller Angela Merkel.

Las restricciones dictadas amenazan “la existencia del mundo de la cultura, de grandes y pequeños comerciantes, de familias enteras”, afirmó el copresidente de Alternativa para Alemania (AfD), Tino Chrupalla.

“nos llevará a la ruina”

Mantener cerrados bares, restaurantes, gimnasios, discotecas, museos, cines y teatros “llevará a la ruina a los alemanes”, sostuvo, ante sus 600 delegados concentrados en Kalkar, una pequeña población a 60 kilómetros de la frontera con Holanda.

“Somos los defensores de la democracia y de las libertades”, prosiguió Chrupalla, quien comparte la dirección del partido con Jörg Meuthen, representante de su sector algo más moderado.

Mientras el primero arremetía contra las restricciones, Meuthen llamaba a los suyos al orden. No en lo que respecta al uso de la mascarilla, sino a las disidencias internas.

“Necesitamos disciplina”

“Necesitamos disciplina interna. Tanto en el Parlamento como en la calle”, clamó Meuthen. La AfD está dando un espectáculo “con comportamientos adolescentes y personalismos”, añadió, en alusión a altercados recientes en la Cámara baja (Bundestag) y a las muestras de cercanía de su corriente más radical con el neonazismo.

Sobre la AfD pesa una investigación por alteración del orden, después de que invitados del partido increparan a algunos diputados por los pasillos parlamentarios. Eso ocurrió la semana pasada, mientras en las inmediaciones del Bundestag miles de manifestantes anti-restricciones se enfrentaban a la policía.

Meuthen lleva meses, además, tratando de contener a la corriente interna “Der Flügel” -“El ala”-, formalmente disuelta pero en activo y bajo observación de los servicios secretos de Interior. A esa línea pertenece el líder de Turingia, Björn Höcke, artífice del éxito del partido en ese “Land” del este, donde es segunda fuerza.

Mientras Meuthen representa al sector más moderado, Chrupalla muestra afinidades con Höcke, un cabecilla provocador que no duda en marchar junto a declarados neonazis. Tras meses de amagos de escisión y rebeldía desde “El ala”, la AfD necesitaba mostrar cohesión.

La mayoría de los partidos establecidos han optado por aplazar sus congresos, celebrarlos en formato virtual o fórmulas híbridas. Para la AfD, mantenerlo presencial es una exhibición de fortaleza.

 

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