China nombra a miembros del Partido Comunista

El objetivo parece ser cerrar cada vez más el cerco del control sobre el sector privado, sin importar que ello pueda significar un perjuicio económico, a veces terminal, para las empresas.

Según el diario The Wall Street Journal, el presidente chino Xi Jinping tiene intenciones que cada firma cuente con un miembro del Partido Comunista Chino (PCC), lo cual le permitiría no sólo estar al tanto de lo que sucede puertas adentro sino también injerencia en la toma de decisiones.

PREOCUPACIÓN

Como era de esperar, hay preocupación entre los empresarios ya que, como algunos se animan a decir, que “no tenemos otra opción más que seguir al Partido”, incluso sin que eso les represente un beneficio. “En algunos casos se hace cargo en la totalidad de las empresas que considera indisciplinadas y las absorbe en empresas estatales”, señala el artículo periodístico.

Los ejemplos más emblemáticos son Huawei y ZTE, empresas de telecomunicaciones con las que pretende controlar el tendido del 5G a nivel mundial, y en el portal de comercio electrónico Alibaba, a cuyo dueño le impidieron salir al mercado con una oferta pública inicial de 34 mil millones de dólares para la compañía y debió dejar caer ese proyecto.

TRANSACCIONES

China no sólo duplicó en los últimos 8 años el monto de las transacciones que involucran a empresas estatales que adquieren firmas del sector privado, sino que dejó abierta la posibilidad que el vigoroso empuje de las empresas chinas logrado en base a una serie de medidas pueda reconvertirse ahora en un entorpecimiento de esa innovación y competencia que supo colocar al país en lo más alto de la economía global.

Mientras cada vez son más las empresas que terminan redefiniendo su funcionamiento luego de haber sido adquiridas por el Estado, no son pocas las que quedan en el camino a pesar de haber transitado un camino de prosperidad y crecimiento.

Es que la inoculación de algún miembro del Partido no queda en eso, ya que van metiendo en las fibras de las empresas al punto de terminar imponiéndose por sobre las decisiones de la administración o directorios.