“Meteoritos para todas, todos y todes”
Edición Impresa | 13 de Diciembre de 2020 | 06:24

Por IRENE BIANCHI
irenebeatrizbianchi@hotmail.com / @irenebianchi
-¿A ver, chiquis? ¡Fotos de los arbolitos, please!
-¿Cuáles? ¿Los de calle 7? “¡Cambio, cambio!”
-¡Qué graciosa!
-Cometí el error de jubilarlo el año pasado, pensando que lo podría reemplazar por uno nuevo. Estaba tristón el pobre, con las borlas cachadas y las guirnaldas deshilachadas-. Pero me quedé sin el pan y sin la torta. Hoy cuestan uno y la mitad del otro.
-El mío es minimalista, haciendo juego con el bolsillo.
-No quiero ser agorera, amigas, pero ¿llegaremos a la Navidad?
-¡Obvio! ¿Por qué no? A gatas, pero llegamos.
-Digo porque se viene una lluvia de meteoritos. En una de ésas, nos abollan la cabeza.
-Me hacés acordar a Mafalda, mi filósofa de cabecera, cuando hablaba del “palo de abollar ideologías”.
-¿Cómo olvidarla? A su papá, Quino, también se lo llevó este año de merda.
-Lo que predijeron es una lluvia de estrellas, Leti, no de meteoritos.
-“Se ’gual”, diría Minguito Tinguitella. ¿Habrá que andar con casco, por las dudas?
-Yo tenía entendido que “meteorismo” era otra cosa, mucho menos romántica que las estrellas fugaces.
-¡No seas escatológica, Susy! ¡Qué asquete!
-Más asquete es el pelo de Rocío Marengo en su plato de Master Cheff. ¡Puaj!
-Tarde o temprano, eso iba a suceder. No se ponen gorro, ni cofia, ni nada. Era obvio.
-En cualquier momento, el jurado encuentra una uña en el puré.
-Eso no, porque tienen guantes. Mocos puede ser.
-¿Cómo se te ocurre? Hay cámaras por todas partes. No pueden sacarse pan del -horno, como decía mi nonna.
-Ahí hay acomodados. Una mina como Rocío, que hace trampa, no respeta el reglamento, se burla de todos, llora lágrimas de cocodrilo, se salva, y a un tipo buenazo y querible como el turco García, le echan flit.
-Elemental, Watson. La Marengo es funcional al programa, porque es quilombera.
-¿Ven? Por eso insisto en que el tango “Cambalache” debería ser nuestro verdadero Himno Nacional.
-Los buenos no garpan en la tele.
-Y en la vida, menos. A los hijos de yuta les va mejor.
-Ojalá los meteoritos ésos sean selectivos, e impacten sobre los malos.
-¡Uy! Quedaría el planeta casi, casi deshabitado, Chelita.
-El eclipse es mañana, ¿no? ¿Qué va a pasar, si se puede saber?
-La Luna va a pasar entre la Tierra y el sol. Se va a hacer de noche en pleno día.
-¿Puedo usar mis radiografías de cadera para verlo?
-¡Ni se te ocurra! Hay lentes especiales con filtro que bloquean los rayos dañinos del sol.
-No lo miro y listo. No repuse el arbolito, mirá que me voy a comprar esas gafas.
-Si no, mangueále a tu vecino el chapista la máscara para soldar. Ésa tiene un vidrio grueso.
-Va a pensar que me lo quiero levantar. El tipo recién enviudó. Me da cosa. No sé …
-Y bueno, en una de ésas matás dos pájaros de un tiro, y el quía te hace ver las estrellas, en más de un sentido.
-Es cierto que necesito chapa y pintura, pero más bien de un cirujano plástico.
-Recuerden de pedir tres deseos cuando vean la lluvia de estrellas fugaces.
-¿Los retroactivos cuentan? Me quedaron un montó pendientes del 2020.
-Yo creo que el mundo entero sólo va a pedir que ganemos la batalla final contra el bicho.
-Cierto. Mejor concentrarse en uno solo. Brindemos por eso. Un “Chau, bicho” planetario.
-¡Chin, chin!
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