Francia afloja la cuarentena pero aplica toque de queda
Edición Impresa | 16 de Diciembre de 2020 | 02:17

PARÍS
Pese a que el número de positivos por COVID-19 se mantiene estancado hace varias semanas en Francia, el país inició ayer una prudente desescalada, que sustituye el confinamiento de la población que arrancó hace mes y medio por un estricto toque de queda con la vista puesta en las fiestas navideñas.
Los ciudadanos ya no deberán justificar sus salidas del domicilio y podrán desplazarse por todo el territorio sin una razón aparente, aunque a partir de las 8 de la noche y hasta las 6 de la mañana los movimientos estarán muy restringidos.
El Gobierno decidió entreabrir la puerta en contra de lo que están decidiendo algunos de sus vecinos, como Alemania o el Reino Unido, pese a que la curva de contagios está lejos del objetivo de 5.000 diarios que había fijado el presidente, Emmanuel Macron, para estas fechas.
La cifra real casi triplica la marcada por Macron, lo que llevó al Ejecutivo a restringir un poco más la desescalada, ampliando una hora el toque de queda previsto y manteniendo el cierre del sector de la cultura, que iba a reabrir ayer.
Símbolo de las vacilaciones del Gobierno de cara a la Navidad, atrapado entre la persistencia de la segunda ola y las demandas de buena parte de la población, el toque de queda se levantará para la Nochebuena, pero estará vigente en fin de año.
En tanto, bares, restaurantes, teatros, cines y museos ven alejarse todo horizonte de reapertura navideña.
El calendario oficial cita al mundo de la cultura para el próximo 7 de enero. Los sectores culturales afectados se manifestaron ayer en París y otras ciudades del país para protestar contra la decisión del Gobierno de mantener ese cierre, ya que creen que está en juego su supervivencia.
Artistas y trabajadores técnicos de todo tipo se quejan de que mientras “los centros comerciales reciben a miles de personas sin apenas restricciones”, los lugares culturales deben seguir cerrados a pesar de que se han comprometido a respetar “todas las medidas sanitarias”.
Mientras, los restaurantes tendrán que esperar, al menos, hasta el 20 de ese mes. O más allá, porque el primer ministro, Jean Castex, aseguró que no descarta retrasar esa fecha si la curva de contagios sigue sin bajar. Los bares no tienen fecha programada para recibir clientes.
Todo dependerá de lo que suceda en las fiestas navideñas. El Gobierno teme que no se respeten sus consignas de limitar las reuniones familiares, lo que puede provocar una nueva ola, la tercera, que sería más peligrosa porque llegaría antes de que pase la segunda.
Castex recomendó que los ciudadanos se autoconfinen durante ocho días , en lo posible, antes de reunirse en Navidad, sobre todo con personas vulnerables. (EFE)
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