Cayó el ingreso laboral en 4 de cada 10 hogares con chicos

El dato surge de un relevamiento de Unicef, que agrega que una de cada cinco familias encuestadas se endeudó y el 36% de ellas lo hizo para comprar alimentos

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La pérdida de ingresos laborales afecta en la Argentina a cuatro de cada diez hogares con niños, niñas y adolescentes, según los resultados de la tercera encuesta sobre el impacto de la COVID-19 presentada ayer por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que destaca, entre otros efectos de la pandemia entre los más chicos, las restricciones en el acceso a la salud y la vacunación, el endeudamiento de muchos de esos hogares para comprar alimentos y la incorporación temprana y desventajosa al mercado laboral de adolescentes que no trabajaban antes de la pandemia.

Además, el informe indica que alrededor del 70% de quienes aún no pudieron recuperar su nivel de ingresos, perdió la mitad o más de la mitad de sus remuneraciones en el lapso considerado.

Por otro lado, uno de cada cinco hogares encuestados contrajo al menos una deuda y 36% utilizó los fondos prestados para comprar alimentos, proporción se ve agravada en el caso de las villas y asentamientos.

El relevamiento con encuestas telefónicas a 2.351 hogares a nivel nacional y regional “es representativo de la totalidad de los hogares con niños, niñas y adolescentes en Argentina y es comparable con los relevamientos realizados en abril y julio de 2020”, aseguraron representantes de Unicef en una teleconferencia de prensa.

Otros impactos

El sondeo también reveló que 12% de los trabajadores perdió su empleo durante la pandemia, lo que representa 1,1 millones de personas. En regiones como Cuyo y el Noroeste del país este porcentaje asciende al 14%.

Por su parte, las dificultades que enfrenta la población hicieron además que el 28% tuviera que dejar de comprar algún alimento por no tener dinero.

El trabajo reportó que en el 8% de los hogares hay al menos un miembro que concurre a un comedor comunitario.

La pérdida de ingresos, a su vez, empujó a los adolescentes a incorporarse tempranamente al mercado laboral: el 16% de ellos manifestó que realiza actividades laborales destinadas al mercado, un 46% más que antes de la cuarentena.

“Esto es un indicador que mostraría que, ante la falta de ingresos en los hogares, los adolescentes se ven en la necesidad de aportar recursos al interior del hogar”, señaló Sebastián Waisgrais, Especialista en Inclusión Social de Unicef Argentina.

Por otro lado, el 58% de los estudiantes tuvo complicaciones para mantener la atención durante las clases virtuales, mientras que el 31% no pudo sostener una rutina relacionada con el aprendizaje durante la pandemia.

Entre los hogares endeudados, el 36% utilizó los fondos prestados para comprar alimentos. En el caso de las villas y asentamientos, entre julio y octubre último aumentó la cantidad de familias que debieron recurrir a un préstamo o fiado para adquirir comida, pasando del 25% al 30%.

La encuesta indagó también sobre la cobertura del sistema de protección de ingresos ampliado para dar respuesta a la emergencia y detecto que 42% de los hogares con niños, niñas y adolescentes recibió en octubre el ingreso familiar de emergencia (IFE) y 33% accedió a la Tarjeta Alimentar u otros mecanismos de apoyo alimentario, aunque más de la mitad de los hogares (51%) no recibe transferencias destinadas a poblaciones en situación de vulnerabilidad social.

“Existe un amplio acuerdo en que las ayudas económicas y sociales que brinda el Estado son necesarias”, afirmó Luisa Brumana, representante de Unicef Argentina.

De todas formas, “el 53% de los hogares que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH) indica que les alcanza para cubrir menos de la mitad de los gastos de los niños y las niñas, y el 96% asegura que no puede acceder a comprar las mismas cosas que hace un año”, señaló.

Por su parte, entre los hogares que reciben la Tarjeta Alimentar, el 64% señaló que cubren la mitad o más de los gastos de alimentación del hogar con esos recursos.

12%
de los trabajadores perdieron su empleo durante la pandemia, lo que representa 1,1 millones de personas y el 28% de los consultados dijeron que dejaron de comprar algún alimento por no tener dinero, según revela el informe.
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Hogares encuestados para el relevamiento contrajo al menos una deuda y en el 36% de esos casos utilizaron los fondos prestados para comprar alimentos. Esta proporción se ve agravada en el caso de las villas y asentamientos, según revela el informe.

 

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