Independiente salió de perdedor en un clima de gran tensión
Edición Impresa | 14 de Febrero de 2020 | 05:43
Un triunfo ante Fortaleza, en el primer cruce de una llave por la Copa Sudamericana que se definirá el jueves 27 en Brasil, alivió al menos en forma transitoria la crisis que sacudió a Independiente tras la derrota sufrida el pasado fin de semana frente a Racing, por la Superliga.
El partido de anoche en Avellaneda llegó cargado de presiones para los jugadores, quienes en la previa tuvieron la visita de un grupo de barrabravas y no tuvieron el respaldo de la dirigencia, uno de cuyos vicepresidentes, Pablo Moyano, manifestó que “si perdemos contra nueve, no es responsabilidad nuestra”.
Intenso e incierto, de punta a punta, fue el encuentro que el Rojo manejó la mayor parte del tiempo, a partir del mayor control de la pelota, aunque la visita, de contra, generó una larga serie de situaciones de alto riesgo.
Más allá del gol convertido por Leandro Fernández a poco de comenzado el segundo tiempo, antes y después, ninguno de los dos ejecutó bien las jugadas elaboradas en ataque, con algunas situaciones verdaderamente increíbles.
En medio de una mezcla de silbidos, reproches y algunos aplausos, Independiente buscó un segundo gol que en definitiva no se produjo.
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