El primer gran desafío de Desábato es construir la nueva identidad del equipo
Edición Impresa | 11 de Marzo de 2020 | 03:31

Por: Martín Mendinueta
El nuevo ciclo comenzó mal. Sobre eso, nadie tiene dudas. Con una propuesta muy diferente a la de su antecesor, el “Chavo” Desábato lejos estuvo de disfrutar su debut como director técnico albirrojo. Si bien la estrategia de partido nunca tuvo como prioridad la tenencia sostenida de la pelota, el desarrollo del juego llevó a sus dirigidos a correr, desamparados y vulnerables, detrás de los toques precisos de su verdugo.
Estudiantes se pareció en nada a los equipos que tutelaba Gabriel Milito, pero eso no quiere decir que haya mostrado un nivel satisfactorio. Por el contrario, su escasez de recursos empezó a quedar en evidencia después del cuarto de hora inicial. Los jugadores de Beccacece siempre lucieron como “amigos” naturales del balón. Disfrutaban haciendo pases. La posesión fue su principal recurso y, a partir de ella, construyeron una victoria inapelable.
Racing jugó como le hubiese gustado a MIlito que lo hiciera Estudiantes durante su reciente estadía profesional. Aquello que al ex-entrenador Pincha tanto le costó y casi nunca consiguió, la “Academia” lo ejecutó con eficacia y enorme convicción. Los visitantes fueron los dueños de la pelota. La llevaron varias veces desde la línea de su área chica hasta el inseguro vecindario de la defensa local. Por momentos, el toqueteo fue abrumador y sembró el pesimismo más cruel en las tribunas de Uno.
El hermoso gol de Nahuel Estévez (el mejor de un equipo donde hubo varios aplazos) sólo sirvió para morigerar el resultado, pero de ninguna manera modifica la imagen nítida sobre lo que hizo cada equipo. Estudiantes sólo atinó a tirar pelotazos largos para que lucharan adelante Retegui y Federico González. Más que simple, su propuesta lució pobre en argumentos.
RESPONSABILIDADES COMPARTIDAS
Con rendimientos individuales preocupantes, gobernado por la más bruta impotencia y espiando el futuro inmediato con preocupación, Estudiantes debe mantener la calma y definir hacia dónde quiere caminar. Barajar y dar de nuevo. Elegir una idea y trabajar duro hasta que se convierta en su nueva identidad. Hoy está con la autoestima arrasada y sobre ese paño resbaladizo será difícil conseguir solidez.
Todavía no existe un aparato que mida los niveles de culpa. Estipular responsabilidades queda a criterio de cada uno. Entonces, el debate se enciende y levanta temperatura inexorablemente. Estudiantes apostó fuerte y decidido (sobre todo a través de su secretaría de fútbol) por un entrenador que jamás logró entrar en el corazón de los hinchas. La apuesta no resultó. Ahora, eligió a un ídolo de pasado tan destacado como reciente y deberá apuntalarlo para que empiece a caminar lo más derecho posible.
El último lunes, Estudiantes jugó muy mal y se vio superado por la velocidad y mejor técnica de su oponente. Eso ocurrió sí, aunque también se escuchó con claridad los aplausos que acompañaron la caminata de Desábato y de Braña hacia el banco de suplentes. La gente los quiere y los apoya. El tiempo dirá si podrán recuperar o no a un equipo que en las últimas derrotas decepcionó por completo.
Volver a hacer los “palotes” parece ser el sendero más sensato. La reconstrucción debe ejecutarse de atrás hacia adelante. ¿Facundo Sánchez no va jugar más? Sería bueno volver a considerarlo como una opción. ¿Quiénes son hoy los mejores zagueros? Otro debate en pleno proceso. ¿Cuándo habrá un nuevo titular indiscutido y permanente que marque con seguridad la banda izquierda de la defensa?. A Mascherano se lo vio muy apagado, ¿volverá a ser el encargado de salir con la pelota desde el fondo? ¿Utilizará o no un enganche? ¿Atacará con uno o dos delanteros referenciales? Muchas cosas están por resolverse...
El primer gran desafío para Desábato y sus compañeros de cuerpo técnico es diseñar y edificar la próxima identidad colectiva. Será una ardua tarea. Más o menos como empezar de cero.
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