Cómo evitar desbordes, otra de las preocupaciones en el Gobierno

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Por: Mariano Spezzapria
 

@mnspezzapria

La posibilidad cierta de que el Gobierno tenga que prolongar la cuarentena general por el avance del coronavirus pone a las autoridades, con el presidente Alberto Fernández a la cabeza, ante la necesidad de agudizar el ingenio y la capacidad operativa para evitar que se produzcan desbordes sociales como una reacción ante las restricciones a la circulación y a la carencia de recursos y alimentos.

Los focos del Gobierno están puestos sobre el Conurbano. La pregunta que se hacen los intendentes en ese territorio es cuánto aguantará la población los efectos de la cuarentena, que en principio implica un “parate” absoluto para el trabajo informal que predomina en esas barriadas. Dos distritos gobernados por el peronismo, La Matanza y Quilmes, se apuraron a contar con la asistencia del Ejército.

Los militares no operan en materia de seguridad, sino de distribución de alimentos y de logística para mitigar la pandemia, pero en los hechos la presencia de los uniformes verdes actúa de manera disuasiva. La misma lógica se asigna en el Gran Buenos Aires al terreno que ganó la Gendarmería a la hora de marcar la cancha y prevenir actos delictivos. El Ejército desembarcará “a demanda” de los intendentes.

Pese a que las cámaras de TV muestran que la violación a la cuarentena se registra entre automovilistas en los accesos a la ciudad de Buenos Aires, en el Gobierno estiman que eso se puede revertir ajustando los operativos de control. Pero mucha más preocupación genera en la quinta de Olivos lo que pueda suceder en el Conurbano.

El propio Alberto F. dijo ayer que el pico de contagio tendrá lugar entre el 1 y el 15 de mayo, con lo cual resulta evidente que si el pronóstico presidencial es acertado, entonces la cuarentena deberá replicarse al menos en ese período. La actual vencerá el martes próximo y el mandatario ya advirtió que “si es necesario”, la va a “prolongar”. Y agregó de forma tajante: “Entre la economía y la salud, priorizo la salud”.

El Presidente blanqueó en parte la estrategia gubernamental frente al coronavirus: para cuando se registre el pico de la pandemia, el país deberá contar con al menos 1.500 respiradores que enviará China y con miles de camas más en hospitales y centros de emergencia para atender la demanda de contagios, en una curva de casos que se espera aplanada y “manejable”.

Mientras tanto, el Gobierno multiplica las medidas para paliar el efecto de la pandemia sobre la ya castigada economía. Alberto F. anunció ayer que enviará al Congreso un proyecto de ley para suspender por 180 días la actualización y los desalojos de alquileres, tanto de viviendas como de comercios, tal como anticipó este diario. Ahora se plantea a los diputados y senadores el dilema de cómo sesionar sin correr riesgo sanitario.

Desde Olivos, el Presidente también envió un mensaje contundente a los supermercados y comercios que aumentan los precios en medio de la emergencia. “Si es necesario, los vamos a cerrar. Van a padecer los que no respetan los precios máximos”, advirtió. Ayer se registraron los primeros operativos de la AFIP y la Secretaría de Comercio, que este jueves se multiplicarán especialmente en el AMBA.

La comunicación entre el Presidente y los intendentes del Conurbano fluye en forma más natural que hacia la Gobernación. No sólo los jefes comunales oficialistas le mandan “mensajes y videos” a Alberto F. para anoticiarlo de la situación en sus distritos, sino también algunos opositores. Uno de ellos, el intendente de San Isidro, admitió ayer que se hace “difícil controlar la cuarentena” en los asentamientos. Todos imploran para que el coronavirus no exploté allí.

 

 

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