La odisea de una platense varada en la India: se tuvo que escapar de Nueva Delhi
| 22 de Abril de 2020 | 16:27

Recién ahora Paulina puede contar su historia: hace un mes que está varada en la India, luego de viajes, escapatorias y reclusión. Una verdadera odiesa que todavía no sabe cómo ni cuándo se terminará. "Lo único que quiero es volver, sé que no es sencillo, pero quiero regresar a La Plata", exclamó desde allá en un diálogo con EL DIA.
Todo comenzó el 3 de marzo. No hace tanto y hace un montón de tiempo. "Con una amiga vinimos a recorrer una parte de la India y yo iba a terminar en las Islas Maldivas. Pero en la mitad del viaje nos agarró este problema. Ella se pudo volver pero a mí no me cambiaron el pasaje y acá estoy, en Rishikes, en el norte del país".
Cuando estaban en la parte sur de la India, en la zona de Rajastán, el gobierno de aquel país empezó a tomar medidas de restricciones. Por eso decidieron volver a Nueva Delhi, desde donde tenían que regresar a la Argentina. "Mi amiga pudo hacerlo, pero yo no. La empresa Al Mundo me había conseguido pasajes por la compañía Etiopía Airlines, pero dejó de operar en la India. Entonces conseguí otro boleto, pero por KLM para el 3 de mayo. Hace una semana me avisaron que hasta el 15 de junio no habrá vuelos comerciales", contó con angustia y resignación.
"El problema mayor fue en Nueva Delhi. Realmente se convirtió en una odisea. La gente se empezó a poner muy hostil con todos los turistas, sean europeos o americanos. No hubo distinción. Nos gritaban y no nos dejaban subir a un tren o metro. Algunos hasta fueron agredidos. Por eso, cuando nos echaron del hotel, no tuve más opción que tomarme un taxi y escapar a Rishikes, la cuna del yoga y la meditación, a unas siete horas de la capital", relató vía WhatsApp.
Un taxi la llevó hacia el Norte. Pasó dos controles policiales pero en el tercero no la dejaron seguir. La situación se empezó a poner muy tensa. Entonces tuvo que contratar a una persona para que, con su moto (el medio de transporte por excelencia en la India) y por un camino alternativo, la llevara al lugar que necesitaba ir. "Como es el centro mundial de la yoga y la meditación todavía hay varios turistas. Cada vez son menos porque los van repatriando, pero todavía somos un grupito. Acá estoy a salvo, siempre y cuando no decida salir muy lejos: a unos europeos la Policía les pegó con cañas de bambú".
En dicha ciudad la cuarentena es flexible. La gente puede circular por las calles y hacer las compras. Meditar. "Pero los primeros 15 días no asomé la cabeza. Tenía miedo. La pasé muy mal en Nueva Delhi. Ahora estoy un poco mejor, pero sin saber qué va a pasar con mi regreso. Desde la Embajada me dijeron que no pueden hacer nada. Entiendo la dificultad, pero espero que alguien nos ayude a todos los argentinos que estamos en esta parte del mundo", continuó la joven que vive por la zona del colegio Misericordia y debe presentarse a trabajar en nuestra ciudad.
Como parte de la convivencia en India, los extranjeros se organizaron para dar una mano. Todos los días, mediante donaciones, preparan viandas que la Policía entrega a los más necesitados. También le tienen que dar de comer a los animales, entre ellos las vacas. "Por suerte la cuarentena me agarró acá, porque si me pasaba en Maldivas no hubiese podido ni soportar una semana desde lo económico".
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