Presencias inquietantes para los vecinos y una falsa alarma en medio del operativo policial

Aún en un área donde los invernáculos y predios rurales empiezan a prevalecer en el paisaje urbano, las patrullas y ambulancias circulando tras el ataque al corralón pusieron en alerta a vecinos de un amplio radio. En minutos, algunos sabían que la Policía buscaba a ladrones. En ese cuadro, las presencias desconocidas comenzaron a transformarse en “caras raras” y a asumir actitudes sospechosas. A pocas cuadras, una pareja llevó la conjetura al punto de ebullición tras enterarse sobre “el robo al corralón”. En la casa, con vista a la calle y un enrejado inexpugnable, sonó el timbre: “Señora me puede dar algo de plata para la SUBE”, dijo del otro lado una figura espectral. El hombre parecía cubierto por una manta y sobre eso llevaba una capa de un polvo blanco que resplandecía con la luz del acceso. Los dueños de casa entregaron 20 pesos y se fue. Pasaron las horas y no hubo novedades sobre detenciones. Al final, al alarma se diluyó: “Señora, me puede ayudar”, insistió ayer por la tarde por el portero la misma voz. El día mostró a un hombre desalineado, con otras urgencias.