Recomendaciones para evitar algunos “cuentos del tío”

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Dos de las formas de engaños más recurrentes se dan por medio de un llamado telefónico o de manera presencial. La segunda es fácil de evitar: no abrir la puerta, corroborar con el organismo al que dice pertenecer la persona su identidad, y, ante la duda, avisar a la Policía. Es mejor caer en un malentendido que ser víctima de un robo. Respecto al teléfono, si la voz pregunta “¿con quién hablo?” conviene retrucar “¿con quién quiere hablar?”. Si insiste con “¿a dónde llamo?”, se responde “¿a dónde quiere llamar?”. Y si alguien invoca a un organismo para pedir los datos personales conviene desligarse con un diplomático “gracias. Luego paso por la oficina”. Esas son algunas opciones para responder en llamados telefónicos que, en casos, tienen pretensiones de cordialidad en el tono de la voz. Un especialista explicó que mientras el diálogo avance en esos términos, la potencial víctima de un “cuento del tío” tendrá opciones para desenredar la maraña de mentiras que conduce a un secuestro virtual o una estafa de cambio de billetes. Así, es conveniente no responder afirmativamente cuando alguien abre la conversación con una mención del estilo “hola mamá” o “tía”, por ejemplo. En esos casos, se debe pedir al interlocutor que diga el nombre de la persona con quién quiere hablar. También desafiarlo a que diga el nombre de los abuelos cuando dice ser un familiar secuestrado o la ropa que lleva puesta cuando dice “te estamos vigilando en este momento”.

 

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