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Policiales |Delitos de cuarentena

En la pandemia, a lavarse las manos, toser en el pliegue del codo y cuidarse de estafadores

En distintos barrios de La Plata ya aparecieron los enfermeros, fumigadores, abogados y carteros truchos. A estar atentos

En la pandemia, a lavarse las manos, toser en el pliegue del codo y cuidarse de estafadores

médicos, fumigadores y jardineros truchos, detrás de ellos pueden ocultarse estafadores o ladrones/el dia

Marcelo Carignano

Marcelo Carignano
mcarignano@eldia.com

5 de Abril de 2020 | 01:42
Edición impresa

“Toda crisis es una oportunidad”, afirma un proverbio que suelen usar economistas o profesionales vinculados al mundo financiero. En tiempos del ataque del virus COVID-19 y la consiguiente pandemia que obligó a decretar una cuarentena en el país, otro tipo de “expertos” hicieron propia la sentencia: los estafadores. Con nuevas tretas y esquivando la reclusión obligatoria, se los ve actuar por la calle, al teléfono con un llamado o por mensaje de texto y a veces con un correo electrónico.

El “Cuento del tío” es posiblemente tan viejo como la palabra, de ella se vale y en el discurso del delincuente (y también en la ejecución del papel) está el secreto del engaño. Cada nueva aparición es en realidad una “remake”, una repetición de un embuste anterior al que se le agregan detalles o contextos distintos. Las avivadas de hoy parecen originales, pero la fórmula es vieja y siempre la misma. El cambio está en el relato, ya que los filibusteros utilizan datos genéricos de las personas apuntadas y elementos del presente para crear la historia.

En La Plata, sobre todo en los barrios de la periferia y aquellos cercanos a grandes espacios verdes, se ve a una de estas figuras que también ha aparecido en otras oportunidades. Él es el fumigador, quien a veces con la excusa del Dengue (otra de las enfermedades que afecta en la actualidad a la Región) pide permiso para entrar en las casas particulares con el objetivo de limpiar el área afectada. Otras veces, aprovechándose de la ignorancia de la víctima, promete eliminar rastros del Coronavirus del aire. En ambos casos asegura ser un enviado en misión oficial, de la Municipalidad local o de algún sector del gobierno provincial. Como se dijo, el arte del timador consiste en mantener un buen acting, que sin embargo se puede desarticular de forma simple. Nunca dejarlo pasar al interior del inmueble, puesto que una presunta fumigación masiva en hogares debe ser comunicada de manera previa por los medios, con folletos y/o por teléfono. En caso de tener alguna duda, pedirle nombre y apellido para comunicarse con la autoridad pertinente y chequear la información.

El enfermero es otro de los disfraces empleados por los truhanes que visitan los domicilios en busca de distraídos. Se los avistó también imitando médicos o miembros de Cruz Roja cuya labor ficticia es hacer pruebas para detectar el COVID-19 o desinfectar espacios comunes para evitar el contagio. Esta mentira, al igual que la anterior y las siguientes, se nutre de uniformes alusivos y papeles apócrifos. Las recomendaciones también se repiten: nunca abrir la puerta, dar aviso a las autoridades.

Los bancos no son la excepción, y desde algunas empresas se comenzó en las últimas horas a advertir a los clientes. La medida responde, con seguridad, a una creciente ola de consultas respecto a actividades sospechosas. En esa línea, desde una de las entidades enviaron un comunicado expresando que “hay personas que están utilizando la pandemia COVID-19 para obtener información personal, incluidos números de cuenta y contraseñas, o manipular a las personas para que realicen pagos a organizaciones fraudulentas que parecen ser legítimas”.

“Estas estafas”, continúa el texto, “pueden involucrar una variedad de canales de comunicación, incluidos correos electrónicos, llamadas telefónicas, cartas, mensajes de texto o a través de redes sociales”. Sin embargo, aclaran, “nadie te pedirá tu contraseña ni PIN, nunca compartas tus claves con nadie; ningún canal oficial te va a solicitar completar todos los datos de tus tarjetas o cuentas, mucho menos, si esos datos te son solicitados con urgencia; no operes por cajero Automático si sos guiado telefónicamente por un desconocido; para otorgarte un premio, nunca te pediremos ninguna clave, ni te enviaremos ningún SMS o Whatsapp. Tampoco, te pediremos realizar un pago previo o transferencia”.

Con este truco intentaron engañar a una mujer platense en las últimas horas. Como el número de teléfono de la casa está a nombre de su hijo, llamaron para hablar con él. “Me dijeron que el Estado tenía 27 mil pesos para devolverle y que necesitaban saber el número de homebanking suyo”, contó la mujer, quien advirtió la maniobra de inmediato y la neutralizó con un cortante: “Quedo informada”. La respuesta fue a tono: cortaron enseguida.

Por último, y acaso el más peligroso de todos los engaños mencionados en esta crónica, tiene que ver con el asalto por medio de una Orden Judicial. Según contaron los damnificados en una alerta que recorrió redes sociales y grupos de Whatsapp, “conocen tu nombre completo y número de DNI, tocan timbre y te dicen que vienen a entregar un escrito judicial”. El truco de esta estafa es “apurar” a la víctima y sorprenderlo ante una posible respuesta negativa. Es que, si el aludido contesta que no quiere o no está en condiciones para recibir la misiva, se encuentra con una dura réplica que incluye la frase “serios problemas con la Justicia”. El alegato va acompañado de vestimenta formal, credenciales falsas y, conforme reportaron, armas.

En enero de este año, cuando la normalidad reinaba en las calles de la Ciudad, los cuentos del tío fueron una constante. Estaban relacionada al cambio de numeración en billetes y dos de los casos más resonantes se dieron en Ensenada y en la zona de plaza Alsina.

En el primero, un delincuente se presentó en la casa de una mujer de 79 años, situada en San Martín entre Don Bosco y Colombia, y simuló ser un empleado del Banco Nación. Antes, un hombre (el mismo u otro) la había llamado haciéndose pasar por un hijo de ella para anticiparle que el presunto banquero iría a la casa a retirar efectivo “ya que por un decreto del presidente Alberto Fernández era el último día que tenía para cambiar los billetes por otros que iban a entrar en circulación”. Le sustrajeron 130 mil pesos y joyas. El otro hecho sucedió en 64 entre 20 y 21. Dos ladrones se presentaron con mamelucos de ABSA, la empresa que provee agua en la Región y con el pretexto de probar la presión de las canillas, uno distrajo a los propietarios y el cómplice robó todo lo que estuvo a su alcance.

“Nadie te pedirá tu contraseña ni tu PIN, nunca compartas tus claves con nadie”

 

 

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