Las peluquerías, del boom comercial a vivir la peor crisis en mucho tiempo

Muchas están cerradas hace casi un mes. No saben cuándo volverán a abrir. Esperan un guiño del gobierno de modo urgente

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En los últimos años las peluquerías, centros estilistas y barberías fueron un boom atractivo desde lo comercial para centenares de platenses. Un fenómeno mundial que llegó a la Región para convertirse en una interesante salida comercial o inversión a futuro. Hoy, culpa de la crisis comercial que provoca el coronavirus, el rubro está viviendo uno de sus momentos más difíciles.

Lo concreto es que hace tres semanas que las peluquerías están cerradas. Pero casi un mes que el flujo de clientes mermó hasta niveles muy bajos. La cercanía entre el peluquero y la persona hace que se convierta en una actividad de riesgo. La incertidumbre es saber ¿hasta cuándo? La mayoría necesita ayuda, pero todavía desde el gobierno no llegaron soluciones.

“No voy a poder pagar el alquiler pero lo que más me preocupa son los sueldos de los empleados. Muchos no tienen un ingreso fijo sino que reciben un porcentaje por corte. Llevamos casi un mes de parate y esto va para largo”, contó María José, dueña de una peluquería por la zona Sur de la Ciudad.

Del mismo modo se refirió Javier, quien tiene junto a su esposa una peluquería en Berisso. Dijo que si debe tenerla cerrada un mes más va a estar en serios problemas. “Los otros días le llevé algo de dinero a uno de nuestros empleados porque la está pasando mal. Pero no tenemos resto”.

“La semana pasada me llegó un mensaje de la inmobiliaria. Comenzaba con unas palabras de apoyo por el difícil momento. Al principio pensé que por fin se habían puesto de nuestro lado, pero en el párrafo siguiente nos indicaban que para facilitar las cosas habían habilitado una caja de ahorro para el pago del alquiler”, se quejó el propietario de un centro estilista en City Bell, que no sabe cómo hará para afrontar los casi 45 mil pesos. Ni que hablar de los sueldos y aportes.

Daniel, que atiende su peluquería en el centro junto a sus hijos, también dejó su punto de vista. “Desde hace un tiempo venimos peleando contra la desigualdad de la mano de obra extranjera precarizada. Ahora esto. La verdad es que no sé si voy a poder seguir abriendo”.

ALGUNAS CHANGAS

Es tan difícil soportar este momento que en algunos barrios las peluquerías reciben -con la cortina baja- a las clientes más amigas. Se toman las medidas de seguridad necesaria pero algunas personas (en su mayoría mujeres) se hacen algún corte o la tintura de todos los meses.

También es frecuente encontrar en algunos comercios de la periferia carteles pegados en postes y árboles con “peluquero a domicilio”. Ninguno está avalado por la Cámara, pero son trabajadores que buscan ganar unos pesos.

Ni siquiera están trabajando aquellas personas que se dedican a cortarle el pelo a los recién nacidos. Son unos 20 profesionales que tienen la autorización de hospitales y clínicas, pero por el momento no tienen acceso ni siquiera con el permiso de los familiares. “Si hay alguno que lo siga haciendo será de manera independiente, porque dentro de las dependencias de salud está prohibido”, contaron desde una clínica de nuestra ciudad.

 

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