Buscan a la banda que fusiló a un joven de un tiro en la nuca

Actuaron cuatro encapuchados. De madrugada irrumpieron en una casa donde había varios amigos. Al parecer querían zapatillas y ropa. Escaparon en motos

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El asesinato de un joven en Villa Elvira hizo escalar a 27 el número de personas asesinadas en la Región en lo que va de 2020, contra los 12 registrados para la misma época, el año pasado.

La última víctima tiene 24 años y recibió un tiro en la nuca, aparentemente en el contexto de un asalto. Al menos eso es lo que cuentan dos testigos presenciales y refuerza la versión el hecho de que los criminales escaparon llevándose prendas y calzado de todos los que estaban presentes (incluidos los del pibe que mataron) y el hallazgo de una de las dos motos en las fue fugaron.

Es que había sido robada hace poco más de un mes en la misma zona donde la policía le perdió el rastro a los asesinos tras una persecución fallida: Los Hornos.

Por ahora no hay detenidos, aunque sí muchas dudas.

Madrugada sangrienta

La información oficial da cuenta de que todo se desencadenó alrededor de las 2.20 de la madrugada del jueves en una casa de 91 entre 12 y 13 en la que estaban tres jóvenes identificados como José Andrés Romano, de 19 años, Hernán Saravia, de 20, y el dueño Ian Weber, de 24.

Los voceros se limitaron a decir que son amigos, sin detallar si Romano o Saravia viven o pasan la cuarentena en el lugar. Más allá del dato de color, lo grave sucedió a partir de la irrupción de otros cuatro hombres que estaban armados y encapuchados, según contaron los testigos en su declaración ante la policía.

¿Cómo entraron? Aparentemente fue cuando llegaron a la casa otros amigos del dueño, a quienes sorprendieron los delincuentes y se metieron junto con uno de los visitantes. Los restantes llegaron a escapar corriendo, se supo.

En la puerta quedaron las dos motos de los agresores, junto con otras que eran de los que estaban adentro.

A partir de ese momento, los gritos y las amenazas ganaron la escena, con los cuatro asaltantes controlando al mismo número de víctimas.

No está claro si pedían plata, cosas de valor, ropa, droga o todo eso y de arranque parecía que todo iba a terminar con los intrusos llevándose lo que pudieran. El final fue mucho peor.

Por lo que relataron los amigos de Weber, Ian intentó escapar o resistirse ingresando en su habitación, a lo que los criminales respondieron haciendo un disparo que le ingresó al joven por la nuca y lo mató prácticamente en el acto.

El tiro apresuró el final. Los ladrones se apropiaron de lo que tenían a mano - ropa y zapatillas, informó la Policía-, aunque antes de irse se ocuparon de recoger la vaina servida de la bala que mató a Weber. Entonces, si, volvieron a la calle, se subieron a las motos y escaparon.

Los jóvenes que quedaron en la casa llamaron al 911, aunque algunos vecinos se les habían adelantado, preocupados por los gritos, la detonación de un arma de fuego y el derrape de las motos en una madrugada distinta a la de cualquier otro barrio en cuarentena.

Los primeros en llegar al lugar fueron los móviles del Comando de Patrullas, cuyo personal se apuró en convocar a una ambulancia y avisar a la fiscal en turno, Cecilia Corfield.

Los médicos del Same confirmaron que Weber estaba muerto, mientras se sumaban a la escena policías del Destacamento Aeropuerto, peritos de Científica y del Gabinete de Homicidios.

Los principales testigos aportaron una descripción de los atacantes y de las motos en las que circulaban, lo que ayudó en el operativo cerrojo que se desplegó por los alrededores con patrullas de distintas jurisdicciones.

Fue así como dos oficiales que patrullaban las calles de Los Hornos se cruzaron con los sospechosos y comenzaron a perseguirlos hasta 141 entre 71 y 72, donde abandonaron uno de los vehículos –una Honda Tornado roja y negra- y continuaron fugando a pie.

Los policías llegaron cuando los criminales ya se habían ido.

Además de la moto, que tenía pedido de secuestro por haber sido robada en la misma zona el 17 de marzo pasado, los delincuentes dejaron en el lugar una barreta, una zapatilla Nike y otros dos pares de la misma marca, que habrían formado parte del “botín” que se llevaron de la casa de Weber.

Con los testimonios de los jóvenes que estaban en el lugar y algunos rastros los pesquisas ya barajarían algunos nombres, el problema es que entre ellos hay menores de edad, lo que complica el avance de la causa.

Se investiga también si conocían a la víctima o a algunos de los visitantes y la mecánica exacta del disparo.

Es que no todos están tan convencidos de que la única motivación del ataque haya sido el robo.

“No fue una entradera común”, deslizó en una charla con este diario una fuente con acceso a la causa, antes de confirmar “cuatro motochorros de las características de los buscados cometieron varios asaltos en Los Hornos en las últimas semanas.

Una banda como la que actuó en el crimen ya cometió varios asaltos en Los Hornos

 

 

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