Lo golpearon con un fierro y le robaron en su casa, mientras le pedían que se fuera del barrio

Fue en 116 bis entre 514 y 515, de El Mercadito. Según la víctima, los agresores lo acusan por “una violación que no cometí”

Edición Impresa

En un sector del barrio tolosano conocido como El Mercadito, se viven días de fuerte tensión luego de que un hombre de 35 años fue asaltado y brutalmente atacado a fierrazos en la cabeza en su vivienda.

Es que, según reveló ayer a este diario la propia víctima, los agresores no sólo lo acusaron de ser el presunto caso de abuso sexual en perjuicio de una adolescente. En plena golpiza, lo conminaron a que se mude del barrio.

Según le contó en la tarde de ayer a EL DIA Juan Martín Zúñiga en el frente del complejo habitacional donde vive, “me vinieron a ‘apretar’ el viernes y el sábado a la noche, pegándome con un fierro varias veces en la cara y en la parte de atrás de la cabeza”.

Pero cuando parecía que se trataba de un caso más de inseguridad, el propio damnificado mencionó que “fueron los dos mismos tipos ambos días”, quienes le habrían adjudicado el ataque sexual contra una chica que tendría 16 años, “pero están confundidos”, aclaró, “alguien les informó mal, porque no tengo nada que ver con ese episodio”.

En el rostro de Zúñiga perduran las marcas de los violentos golpes que le dieron, con pequeños cortes, sobre todo, uno debajo de su ojo izquierdo.

“Pero la herida más grande me la provocaron en la zona de la nuca, donde me tuvieron que dar en el hospital cuatro puntos de sutura”, reflejó.

“LA SEGUNDA VEZ FUE PEOR”

La charla con este hombre de nacionalidad peruana, que indicó que se gana la vida como jardinero “en la zona de Gonnet”, lo llevó a contar otros detalles acerca de lo mal que la pasó durante el fin de semana.

“El viernes vinieron a decirme que me tengo que ir del barrio, me llamaron `peruano violín`, como si tuviera algo que ver con el caso” del abuso sexual que sufrió la joven del barrio, “pero el sábado volvieron los dos mismos agresores y fue realmente muy duro de soportar. Esta segunda vez que entraron por la fuerza en mi casa fue peor”, consignó. Ante la consulta de este diario, fuentes policiales confirmaron que “no hay denuncia radicada por un abuso sexual de esas características”.

Retomando el relato de Zúñiga, apuntó que los intrusos le pegaron “bastante con un fierro, más todavía porque quisieron primero atarme y no se los permití al resistirme. También me lastimaron en una pierna al arrojarme un botellazo”.

Al margen del castigo físico al que lo sometieron, “me robaron dos microondas, uno de ellos nuevo; una bicicleta; una máquina para cortar el pasto; una garrafa y hasta la llave de la puerta de entrada”.

El martirio para Zúñiga “duró algo más de media hora”, cuando los agresores decidieron escapar del lugar, no sin antes reiterarle en tono amenazante de que se fuera del barrio.

“VOY A PENSAR QUÉ HAGO”

Cuando se le preguntó si pese a las advertencias, igual permanecerá residiendo en el lugar, respondió que lo está analizando; “Mi familia ya sabe todo, incluso que los que me robaron, golpearon y amenazaron son conocidos en el barrio”, por lo cual insisten en pedirle que regrese a Perú. Él, sin embargo, no está del todo convencido de adoptar esa medida.

Es que “acá tengo mi trabajo como jardinero, en la zona de Gonnet, hace tres años que vivo en este lugar y tengo en esta ciudad algunos familiares”.

Claro, a su vez hay otra situación que lo rebela: “Es injusto que tenga que irme de un lugar donde estoy conforme, por culpa de quienes me responsabilizan de algo que no hice”.

Por lo pronto, según pudo saber este diario tras consultar a un calificado vocero policial, tampoco hay denuncia de los actos de intimidación, robo y brutal golpiza sufrida por Zúñiga en su casa. Sus atacantes siguen libres y al acecho.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE