La oposición frente al avance de Cristina

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JORGE REMON

 

Esta semana tal vez se inicie una nueva etapa de las relaciones entre el gobierno nacional y por lo menos con algunos dirigentes de la oposición como consecuencia de la actitud de Cristina Fernández que en su carácter de presidenta del Senado impidió al jefe del bloque de Juntos por el Cambio Luis Naidenoff ser escuchado en una sesión de la Cámara. Tanto en el PRO como en el radicalismo ello repercutirá fortaleciendo a los sectores que subrayan la necesidad de acentuar la crítica frente a lo que califican de “avance autoritario” en el oficialismo que, según dicen, Alberto Fernández no puede o no quiere detener. Esta visión gana terreno aunque algunos sostienen la necesidad de morigerar el tono de las críticas en tiempos de pandemia. Especialmente en el PRO algunos intentan mantener un “diálogo constructivo” a pesar de la “agresividad kirchenista”. Por supuesto que en ese partido hay discrepancias y Macri las puntualiza pero evitó hasta ahora un debate intrapartidario. Sin embargo sus íntimos exhiben encuestas de las cuales surgiría que el electorado independiente y en mayor medida entre quienes votaron por el PRO crecen las diferencias con el Gobierno y desean que la oposición actúe con mayor energía. Ayer dieron un primer paso.

Los puntos de vista en el peronismo incluyen una diversidad cada vez mayor pero en general se rescata el valor de la convivencia con la oposición. Aparentemente gran parte de la dirigencia considera inconducentes, por lo menos, impedir que sea escuchado el discurso de un senador en un tema visualizado como puramente formal. Algunos se preguntaban qué importancia tiene, para el común de la gente si se requiere o no una mayoría especial para designar una comisión. Agregaban que mucha mayor repercusión tiene el impedir el uso de la palabra a un senador cerrando el sistema de video conferencia.

A partir del reconocimiento de que para ganar las elecciones presidenciales se requería la candidatura de un hombre o mujer que actuará sin agresividades para no alejar a la clase media, esas actitudes autoritarias son calificadas de negativas. Algunos gobernadores y senadores del peronismo han advertido que la moderación da frutos en el plano electoral y creen además que en las circunstancias actuales el país requiere como nunca inversiones externas e internas y para eso es necesario un clima de paz política y social que garantice cuando se logre la estabilidad económica. La Casa Rosada ha hecho propio ese pensamiento pero sufre las contradicciones que genera Cristina Fernández.

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