El rebrote de las tomas de terrenos acelera en plena cuarentena y hay alerta en la periferia

La ocupación de Los Hornos cumplió cinco meses. Y los vecinos advierten que en lugar de avanzar con la prometida urbanización, reparten colchones y consolidan los asentamientos precarios

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Atravesada hace años por el complejo fenómeno de las usurpaciones de terrenos, la Región vive, también en esta materia, días de extrema virulencia. Sucede que incluso durante la cuarentena un rebrote de las tomas ilegales de terrenos -en la mayoría de los casos se advierte la mano mafiosa detrás- ha vuelto a poner en alerta a los vecinos de la periferia, donde estos episodios suelen estar acompañados por situaciones de violencia, en ocasiones con disparos de armas de fuego, peleas por la posesión de parcelas y amenazas.

El Rincón, Villa Elvira y Los Hornos son, por estas horas, epicentro de este complejo fenómeno, signado, claro está, por la emergencia social pero también por organizaciones delictivas que se apoderan de las tierras y luego las venden ilegalmente, aprovechándose de la necesidad habitacional de muchos.

Acaban de cumplirse cinco meses desde que comenzara la que terminó por convertirse en la usurpación de tierras más grande en territorio bonaerense. Se trata de la toma ilegal de Los Hornos, en el predio que alguna vez “perteneció a la Aviación”, y hoy es jurisdicción nacional. Es enorme: abarca unas 150 hectáreas que van de 76 a 90 y de 141 a 155.

Molestos por las escenas que los tocara presenciar, vecinos históricamente radicados en la zona relataron: “Es más que indignante y demuestra la complicidad de la política con la usurpación: están entregando colchones nuevos para los usurpadores que están ocupando el predio”, advirtieron. Y consideraron que “esto demuestra que no hay ningún plan de desalojo del predio. Se cumplió un mes del inicio de la toma. Tienen agua, que están robando de una bomba de Absa. Tienen luz eléctrica, que están robando de Edelap. Han entrada materiales y la Gendarmería mira para otro lado. Una vergüenza”, sintetizaron.

Semanas atrás el Gobierno Bonaerense había anunciado que avanza en las gestiones para urbanizar las más de 160 hectáreas que antes ocupaba el Club de Planeadores. El objetivo, dijeron, es “completar vacíos urbanos y potenciar los planes de lotes con servicios y planes de vivienda y dar respuesta a familias que se inscribieron en el proyecto, y que viven con déficits habitacionales en barrios de la zona y a otros hogares de “clase media” que puedan acceder a la vivienda a través programas nacionales o provinciales” (ver aparte).

Distintos vecinos han dicho estar de acuerdo con esa iniciativa y con la urbanización ordenada de la zona, pero advierten que, mientras tanto, en el predio se consolida un asentamiento precario. “Incluso después de ese anuncio empezó a llegar más gente y todavía hay quienes ofrecen los lotes en las redes sociales. ¿Cómo los van a sacar?”, se preguntó un vecino.

VIOLENCIA EN EL RINCÓN

En los últimos días también se registraron hechos similares en El Rincón, donde existió un intento de toma que incluso estuvo acompañada por robos en casas linderas. Christian A. vive en 137 y 463, y fue uno de los tantos propietarios que tuvo que sufrir las consecuencias de los actos ilegales perpetrados por un grupo de desconocidos que intentaron ocupar tierras e incluso saquearon casas del barrio.

En diálogo con La Redonda, el vecino comentó que “no es algo nuevo pero se está viendo con más frecuencia. Todo comenzó el jueves pasado en una manzana de El Rincón que está habitada. Eran tres o cuatro terrenos libres que son los que rodean mi propiedad”.

“Empezó a las 3 de la tarde; cayeron cuatro o cinco autos con unas 20 personas y se metieron con desmalezadoras y se alertaron los vecinos, quienes fueron los únicos que actuaron”, remarcó Cristian.

Si bien la policía estuvo presente en un momento del día, no resolvió rápido y eso tuvo consecuencias: “Vinieron tres móviles, pero después de una charla, esta gente siguió ahí. Hicieron un campamento bastante ruidoso, con ingesta de alcohol, sin protección. Tienen dueños esos terrenos, están alambrados. Ese día tuve un corte de luz grande así que llevé a mis hijos a lo de mi mamá. Salí diez minutos y cuando volví habían entrado a mi casa, me habían robado todo y me habían roto todas las puertas”.

En el siguiente capítulo de la historia, que ya pasó al armado de las casillas, finalmente hubo acción de la autoridad y se desarticuló la usurpación: “La segunda vez, cuando empezaron a armar las casillas, quedó la manzana sitiada. Finalmente tras el llamado de vecinos al 911, a la noche, vino un comando, se hizo un acta, vino fiscalía y levantaron la casilla. Ahí evidentemente pasó algo que accionaron como debían, si lo hubiesen hecho antes no me robaban a mí”.

En Villa Elvira, en 121 entre 92 y 93, los vecinos aseguran que en el terreno en el cual fueron plantando varias casillas, se hace un desfiladero de gente que “va a mirar para comprar”. Es que, según cuentan, las casillas aún están deshabitadas y son ofrecidas a la gente a cambio de una suma de dinero: “Las ofrecen por redes sociales, yo he visto gente venir a mirar y a otra persona que se las muestras para vendérselas. Es increíble, todavía están libres y se está a tiempo de desarticular esto que ya tiene intervención en la Fiscalía de Álvaro Garganta”, comentó Hernán y agregó: “Es crucial que se actúe rápido”.

En Villa Elvira hay un “desfiladero” de gente que va a ver los terrenos para comprarlos

2.400
FAMILIAS Se espera que habiten en la urbanización que la Provincia, entre conjunto con la Nación y el Municipio, pretende desarrollar en los lotes que se extienden de 76 a 90 y de 141 a 155, en Los Hornos. Días atrás se informó que también hay distintos gremios de la región interesados en formar parte de la posibilidad de avanzar con un proyecto urbanístico para un “barrio obrero” en la zona.
190
ASENTAMIENTOS Se estima que hay en la región de La Plata. Según los últimos relevamientos, la mayoría de ellos tiene una antigüedad que ronda los 20 años. Muchos de ellos surgieron a partir de usurpaciones de tierras que se fueron consolidando. En la mayoría de esos asentamientos el acceso a los servicios básicos es clandestino, con precarias conexiones.

 

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