Hizo 700 km en un día para estar en el homenaje a Julio Alegre
Edición Impresa | 19 de Julio de 2020 | 04:41

Un personaje singular como Marcelo Bielsa no solía trabar amistades con los distintos actores dirigenciales con los que le tocara tratar. Sin embargo, a lo largo de su carrera hubo algunas excepciones y una de ellas tiene que ver con nuestra ciudad. Es que el entrenador rosarino tuvo una gran amistad con el ex presidente de Estudiantes Julio Alegre, por quien además sentía una profunda admiración como dirigente deportivo.
Por eso no dudó, aquella tarde del 16 de octubre de 2015, en asistir al homenaje que le realizó la familia pincharrata al ex titular albirrojo en las inmediaciones del estadio, en 1 entre 53 y 54. En ese momento, Bielsa se encontraba viviendo en Rosario y desde allí se vino solo en su auto particular para asistir al reconocimiento que se le hizo a Alegre y, al mismo tiempo, saludar a la familia del ex dirigente pincha.
Fiel a su estilo, Bielsa permaneció en las últimas filas y no quiso subir al escenario, optó por el perfil bajo, sólo se limitó a asistir con atención y emoción al reconocimiento póstumo para un admirado amigo.
Fue el primero en llegar al lugar, incluso lo hizo un rato antes que los organizadores. Antes del acto, se hizo un rato para ir hasta el estadio de Gimnasia, donde había dado una vuelta olímpica como jugador de Reserva de Newell’ s.
Cuando volvió, saludó a la familia de Alegre y se sacó fotos con todos los hinchas que se lo pidieron. Optó por no hablar con la prensa y, con un atuendo deportivo, hizo todo para intentar pasar desapercibido durante la ceremonia. Charló cordialmente un rato con Germán, uno de los hijos de Alegre y después escuchó los discursos con atención.
Al caer la tarde, cuando culminó el acto, se subió a su auto y tomó otra vez la carretera en soledad rumbo a Rosario.
Bielsa conoció a Julio Alegre cuando el presidente de Estudiantes era el Director de Selecciones Nacionales, designado por Julio Grondona. Quienes estaban en el día a día de la Selección cuentan que el “Loco” tenía al mandamás del Pincha como único interlocutor válido a nivel dirigencial. En él confiaba como en ninguna otra autoridad de la AFA y así consolidaron una amistad que se basó en el respeto y la admiración mutua. Ni los vaivenes deportivos ni el paso del tiempo alteraron ese vínculo. Por eso, no extrañó su presencia aquella tarde en nuestra ciudad.
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