Cientos de detenidos en Hong Kong por la ley de seguridad china

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El gobierno de Hong Kong comenzó ayer a arrestar personas en el primer día de vigencia de la Ley de Seguridad Nacional impuesta por China y enfrentó un primer desafío de inmediato cuando Reino Unido, la ex potencia colonial del territorio, ofreció otorgar visas a tres millones de hongkoneses.

La flamante ley empezó a usarse apenas unas horas después de entrar en vigor, cuando al menos nueve personas fueron arrestadas durante el inicio de las masivas protestas prodemocráticas que recordaron el 23 aniversario de la devolución del territorio autónomo a China por parte de Reino Unido, el hasta entonces poder colonial.

Dos de esos detenidos portaban una bandera y un letrero que proclamaban la independencia de la ex colonia británica -uno de los puntos centrales de la norma, que prohíbe las actividades secesionistas- y fueron arrestados tras múltiples advertencias de los uniformados de que violaban la ley, según un comunicado policial en Twitter.

En Facebook, la fuerza policial informó que en total arrestó a más de 300 personas por varios cargos, entre ellos reunión ilegal, posesión de armas y violación de la ley de seguridad nacional. Solo nueve, según la Policía, fueron detenidos por la nueva ley.

OFERTA DE VISAS

La decisión de Beijing de imponer la controvertida Ley de Seguridad Nacional recibió la inmediata respuesta de Londres, que extendió los derechos de residencia para tres millones de los 7,5 millones que viven en Hong Kong, quienes podrán establecerse en el Reino Unido.

Reino Unido considera que la nueva ley china viola los acuerdos internacionales y el esquema de “un país, dos sistemas” bajo el cual se produjo la devolución del territorio en el año 1997, y por el que Hong Kong tiene un nivel de autonomía superior a otras regiones del país, al menos durante un tiempo hasta que sea asimilado completamente por el sistema legal chino.

El premier británico, Boris Johnson, había advertido el mes pasado que ofrecería visas para vivir y trabajar a casi tres millones de hongkoneses, si China avanzaba con la nueva ley de seguridad.

La norma, promulgada el martes por China tras una ola de protestas prodemocráticas y que entró en vigencia ayer, prohíbe las actividades consideradas por las autoridades como secesionistas, subversivas o terroristas, así como cualquier acción que entiendan como una intervención extranjera en los asuntos internos de la ciudad.

Los casos más graves, entre ellos los asignados a los autores intelectuales de esos delitos, podrían recibir una pena máxima de cadena perpetua, mientras que los delitos menores podrían recibir penas de prisión de hasta tres años.

La gobernadora de Hong Kong, Carrie Lam, apoyó la nueva ley en un discurso en el acto por el 23 aniversario de la devolución del territorio. (TÉLAM)

 

 

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