EE UU “dejó” a Venezuela con los surtidores sin combustible

Incautó un cargamento con 1.116 millones de barriles de petróleo perteneciente al Cuerpo de los Guardianes de la Revolución iraní que tenía como destino el país caribeño

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WASHINGTON

EFE

El Gobierno de Estados Unidos confirmó ayer la “exitosa” incautación de un cargamento de combustible perteneciente al Cuerpo de los Guardianes de la Revolución iraní (IRGC, en inglés) y que tenía como destino Venezuela. “Estas acciones representan la mayor incautación jamás realizada de cargamentos de combustible procedentes de Irán por parte del Gobierno”, aseguró el Departamento de Justicia en un comunicado.

El Gobierno, según la nota, ejecutó “con éxito” una orden de embargo emitida por el juez del Tribunal para el Distrito de Columbia Jeb Boasberg, en respuesta a una denuncia presentada el pasado 2 de julio por EE UU para decomisar todos los productos derivados del petróleo transportados por los buques.

En total, se trata de “1.116 millones de barriles de petróleo” que, con la ayuda de socios extranjeros que no fueron identificados de inmediato, están bajo custodia estadounidense.

El petróleo era transportado en cuatro buques, llamados Luna, Pandi, Bering y Bella.

Consultado al respecto, el presidente estadounidense, Donald Trump, confirmó que los cuatro petroleros, tras ser interceptados, se dirigen al puerto de Houston (Texas).

“Se supone que no deberían estar haciendo eso, Irán no debería estar haciendo eso”, afirmó el gobernante durante su conferencia de prensa diaria sobre coronavirus.

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se refirió en un comunicado a la operación e indicó que cada vez más flotas de transporte marítimo mundial evitan el comercio con Irán y Venezuela debido a los esfuerzos de Washington de aplicar y cumplir las sanciones.

“Estados Unidos sigue comprometido con nuestras campañas de máxima presión” contra Irán y Venezuela, añadió el jefe de la diplomacia de la Casa Blanca.

Sanciones en 2017

En octubre de 2017, Estados Unidos sancionó al IRGC por su apoyo al terrorismo. La decisión se adoptó, en concreto, por “dar apoyo a la Fuerza Al Quds, la principal entidad iraní que facilita la campaña incesante del presidente (sirio Bachar al) Asad de violencia brutal contra su propio pueblo, así como las actividades letales de Hizbulá y Hamás, y otros grupos terroristas”.

Según el Departamento de Justicia, después de la operación de interceptación, la Marina de Irán “abordó por la fuerza un buque no relacionado (con los sujetos a la incautación) en un aparente intento de recuperar el petróleo incautado”, sin tener éxito.

El valor de la carga incautada puede dirigirse “total o parcialmente” al Fondo para las víctimas del terrorismo, detalló la información, que iba acompañada de fotografías de los buques cisterna.

El diario The Wall Street Journal había informado que las autoridades estadounidenses habían confiscado cuatro buques iraníes en altamar que se dirigían a Venezuela cargados con gasolina por violar las sanciones impuestas por Washington.

El Bering y el Bella navegaban por aguas de Cabo Verde cuando el Gobierno de Donald Trump interpuso la demanda para su incautación en julio pasado, mientras que la última señal conocida del Pandi y el Luna fue en Omán.

Esa demanda alega que el envío de los buques fue organizado por un empresario iraní con vínculos con la Guardia Revolucionaria, considerada por Washington como una organización terrorista, a través de una red de compañías pantalla para eludir la detección de las autoridades estadounidenses.

Pero el embajador iraní en Caracas, Hojat Soltani, señaló que los cuatro buques cargados de gasolina que navegaban a Venezuela y que Estados Unidos incautó por violar las sanciones impuestas al país suramericano “no tienen nada que ver con Irán”.

El decomiso de los buques representa un paso más de presión del Ejecutivo de Trump a Teherán y Caracas, contra cuyos Gobiernos ha impuesto numerosas sanciones económicas.

Venezuela atraviesa una situación de escasez de gasolina, por lo que en los últimos meses ha recibido millones de litros que provienen de Irán, uno de sus principales aliados en el mundo.

Los primeros cinco buques iraníes cargados con 245 millones de litros de gasolina llegaron a Venezuela a finales de mayo sin sobresaltos.

Un país dependiente

Venezuela es altamente dependiente de sus ingresos petroleros pero su producción ha caído a aproximadamente a una cuarta parte de su capacidad de 2008 y su economía ha sido devastada por seis años de recesión.

Según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la producción de Venezuela en julio se situó por debajo de los 400.000 barriles diarios, un nivel equivalente al de 1934.

En medio del desplome de la industria y de las sanciones de EEUU, Venezuela, que solía refinar suficiente petróleo para sus propias necesidades, debió recurrir a aliados como Irán para aliviar una desesperada escasez de combustible.

Irán ha enviado varios barcos de gasolina este año a Venezuela para ayudarla a solventar esa escasez. El grueso de las sanciones de EE UU contra Venezuela entraron en vigor tras el inicio del segundo mandato de Maduro en 2019, que Estados Unidos no reconoce por las irregularidades en las elecciones.

Un grupo de 28 países, entre ellos Estados Unidos, varios miembros del Grupo de Lima, el Grupo de Contacto Internacional, la Unión Europea y otros como Israel y Corea del Sur, emitieron una declaración conjunta pidiendo apoyo a la transición democrática en Venezuela.

El texto reitera la disposición de los países que mantienen sanciones económicas para presionar por un cambio en Venezuela a discutir el levantamiento de esas medidas. (EFE y AFP)

 

 

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