Castells: el crimen suma inquietud en un barrio en alerta ante los delitos

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“Manden policías. Urgente”. El pedido a la comisaría de Gonnet salió desde una casa situada a metros de la esquina de 4 y 495, donde vivió por unos 30 años Rodrigo Alfonso (54). El pedido que se escuchó por la tarde volvió a alterar el barrio, que en la mañana del lunes quedó conmocionado por el horror de lo que se investiga como un asesinato a golpes del albañil paraguayo, uno de los vecinos más queridos en esas calles de Villa Castells.

Mientras los investigadores buscan pistas para establecer las causas y el contexto de esa muerte, en la zona no hay dudas: un crimen en el marco de un asalto perpetrado por uno o más personas conocidas por la víctima.

Las sospechas, expresadas a viva voz en el vecindario están en la carpeta de los pesquisas de la DDI, la comisaría de Gonnet y la fiscalía penal a cargo del fiscal Martín Almirón (UFI Nº 8), pero aún no apareció evidencia para confirmar la hipótesis, según le indicaron a este diario fuentes del caso.

“No descartamos el robo pero buscamos una pista que lo indique”, dijo ayer uno de los investigadores.

La fuente reconoció que la versión “corre de boca en boca”, pero en la escena de lo que se analiza como un crimen no hallaron evidencia.

Puntualmente, las fuentes destacan que no se pudo determinar en el primer peritaje que faltaran objetos de valor en la casa.

Se espera también por el resultado de la autopsia realizaba al cuerpo de Alfonso. Creen los investigadores que las lesiones detectadas en la cabeza del albañil indican un castigo feroz que le causó la muerte.

En el primer análisis de la casa tampoco se detectaron rastros de una intrusión que hubiera sorprendido a la víctima en su cama. Ahí apareció su cadáver. El primero que lo vio fue su hermano, al pasarlo a buscar para ir a una obra, el lunes por la mañana.

Los vecinos consideran que todo es un capítulo más de la inseguridad en el barrio.

El pedido de urgente intervención policial de ayer iba con una sospecha de ajuste de cuentas entre delincuentes.

Una fuente policial negó eso: “fue un móvil y no había nada”, dijo.

Los vecinos vienen denunciando una ola de robos en la zona y señalan a algunos lugareños como victimarios. Cerca de eso, en julio se realizaron allanamientos con dos detenciones por venta de drogas. Todo, en una casa situada en 4 y 494.

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