Al rescate de Kicillof, para pesar de su “amigo” Larreta

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Por MARIANO SPEZZAPRIA

@mnspezzapria

La imagen de los patrulleros estacionados sobre la avenida Maipú en Olivos, sobre uno de los ingresos de la quinta presidencial, alertó a la dirigencia política -que repudió el modo de protesta de los uniformados- y proyectó una endeblez institucional que, en rigor, en la Argentina no es tal. Por eso la dirigencia opositora decidió acompañar ayer al presidente cuando dio su discurso por la cadena nacional pero se manifestaron sorprendidos por la quita de un punto de lo que recibe la capital federal en concepto de coparticipación.

En diciembre pasado, Cristina Kirchner habría sugerido a Kicillof la designación de Berni al frente de la cartera de Seguridad justamente para mantener a raya a la Policía bonaerense, la fuerza armada más grande del país. Pero a juzgar por los hechos de esta semana, los temores de la Vice fueron justificados y no pudieron superarse las situaciones que se deseaba obviar con la gestión del ministro de más alto perfil en la administración provincial a pesar que las manifestaciones policiales del lunes fueron anunciadas por diversos páginas en internet.

Por eso mismo, anoche circulaban fuertes versiones sobre los posibles candidatos a suceder a Berni. Entre los nombres en danza figuraban los de dos intendentes del Conurbano. En contacto con este diario, uno de ellos acusó al otro de haberlo señalado como parte de una “operación” cruzada entre las secciones Primera y Tercera, los dos bloques de poder del PJ bonaerense.

Pero más allá de los reproches internos, los intendentes oficialistas advertían anoche que la crisis policial no sólo se llevaría puesto a Berni sino también a la cúpula de la fuerza.

La tensión fue tal ayer en Olivos –que amaneció con una bomba molotov arrojada por un hombre luego detenido en los jardines de la quinta-, que el Presidente convocó a una cumbre con Sergio Massa y Máximo Kirchner, dos pilares del Frente de Todos en la Provincia, para darle forma al anuncio que, ya entrada la noche, haría junto a Kicillof y los intendentes del Conurbano.

Para apuntalar al Gobernador, Alberto F. tuvo que perjudicar a su “amigo” Horacio Rodríguez Larreta, el alcalde porteño con quien gestionó todos estos meses la cuarentena en el AMBA, junto al propio Kicillof. Esa alianza política, de la que tanto se habló este año, quedó herida y con pronóstico reservado.

 

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