Un “Corazón loco” al que le falta humor y le sobran enredos

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Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

afcastab@gmail.com

Hace tiempo que Suar encontró su personaje. Es un actor que ha potenciado ante las cámaras su talento como productor. Tiene más olfato que talento actoral, aunque se ajusta apropiadamente a la criatura que más le rinde: un chanta atolondrado, irresponsable, simpático y casero. Sus personajes son tan repetidos y rendidores que acaban determinando el tono y hasta los diálogos de esas historias elegantes y bien vestidas, con más travesuras que audacia.

“Corazón loco”, nos presenta de entrada a Fernando Ferro (Adrián Suar), un traumatólogo que lleva una doble vida (literal): de lunes a jueves, convive desde hace 19 años en Mar del Plata con su esposa Paula (Gabriela Toscano), una maestra jardinera, y dos hijas adolescentes; mientras que de viernes a domingo su pareja en CABA es Vera (Soledad Villamil), una especialista en nefrología con la que está desde hace casi una década y con la que tiene un hijo de cinco años.

El arranque tiene síntesis, ritmo, toques de comedia, pero de a poco el film se va desinflando, sobre todo al querer sino explicar al menos justificar las razones de este tarambana desordenado y enamoradizo que al final busca la indulgencia de su público al presentarse como un tramposo “razonable”. Y frente a este bígamo canchero y entrador están ellas, dos mujeres crédulas y estereotipadas, que para escarmentarlo apelan a un operativo de complicadísima precisión que justo falla en la instancia decisiva. Son personajes chatos que no crecen ni se potencian, aunque los seguidores de Suar siempre la pasarán bien.

Es una apena que haya desperdiciado dos buenas actrices al otorgarles un rol de señoras resignadas, que están allí (en el libreto y en la concepción) para sostener al protagonista absoluto de esta despareja comedia. Y que el humor, un activo rendidor en cine de Suar, esté ausente, porque todo se apoya en enredos y mentiras que se van repitiendo. Da la sensación que los libretistas (Suar y el director Carnevale) sabían cómo podía empezar esta historia, pero no como la terminarían. Y el saldo está lejos de alcanzar los buenos resultados obtenidos en películas donde Suar estuvo bajo la batuta de realizadores menos toscos y más imaginativos a la hora de aprovechar el humor, los personajes secundarios y las nuevas costumbres: “Un novio para mi mujer” (2008), de Juan Taratuto, junto a Valeria Bertucelli; en el 2010, “Igualita a mi (Diego Kaplan), haciendo pareja con Florencia Bertotti; dos años después, “Dos más dos”, también de Kaplan, con Julieta Diaz; y en el 2016 “Me casé con un boludo”, de vuelta con Taratuto y de vuelta con Bertucelli, hasta ahora, su mejor pareja.

 

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