Un “ataque terrorista islamita” reabre las heridas en París

Dos personas resultaron gravemente heridas a cuchillazos frente a la antigua sede de Charlie Hebdo, coincidiendo con el juicio por el sangriento atentado yihadista de 2015

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PARÍS

Dos personas fueron heridas gravemente en un ataque con cuchillo ayer en París, frente a la antigua sede de Charlie Hebdo, coincidiendo con la celebración del juicio por el sangriento atentado yihadista que en 2015 diezmó la redacción de esta revista satírica por publicar caricaturas del profeta Mahoma.

Dos sospechosos fueron detenidos poco después de los hechos. El primero, de 18 años de edad y considerado como el “autor principal de los hechos”, fue arrestado cerca del lugar del ataque, indicó el director de la fiscalía nacional antiterrorista, Jean-François Ricard, a cargo de la investigación.

Según los primeros elementos de la investigación, se trata de un paquistaní. El segundo sospechoso tiene 33 años y la policía está verificando sus vínculos con el autor principal.

Posteriormente otros cinco hombres fueron detenidos durante varias perquisiciones en Pantin, en las afueras de París, informaron fuentes judiciales.

El ataque se produjo “en un lugar simbólico y en el mismo momento en que se celebra el juicio contra los autores de los actos indignos contra Charlie Hebdo”, subrayó el primer ministro francés, Jean Castex.

Es “manifiestamente un acto de terrorismo islamista”, abundó el ministro de Interior, Gérald Darmanin.

Los dos heridos, ambos empleados de una agencia de producción vecina a la antigua sede de Charlie Hebdo, se encuentran hospitalizados, pero no corren peligro de muerte, añadió Castex, que se trasladó de inmediato al lugar del ataque.

Conmoción en el Barrio

El “ataque terrorista” reabrió las “heridas” que dejó en los habitantes del barrio el atentado de enero de 2015 contra la publicación.

Chantal estaba haciendo una reparación en su casa, cerca del bulevar Richard Lenoir en el distrito XI de la capital francesa, muy cerca del lugar del ataque, cuando poco antes de medio día oyó fuera el “estruendo de las sirenas”.

“Lo primero que pensé fue ‘esto vuelve a empezar’. Retrocedí cinco años en el tiempo” hasta el atentado del 7 de enero de 2015 contra Charlie Hebdo, en el que murieron 12 personas.

“Los recuerdos vuelven a emerger. Entre esto y el COVID-19, no vivimos momentos muy buenos”, añade, precisando que tuvo “una especie de premonición” desde principios de septiembre y el juicio, precisamente, del caso de los ataques de enero de 2015. “Sentí que inevitablemente iba a suceder así”.

Para Denise Hamon, una jubilada que igualmente vive desde hace varios años en este barrio animado cercano a la plaza de la Bastilla, los viejos recuerdos volvieron a salir a la superficie. “Obligatoriamente nos recuerda el pasado, pero no es lo mismo, es menos fuerte” pues el balance es menor que hace cinco años, con dos personas heridas. “Pero pensamos que al salir siempre puede pasarnos algo”, confiesa.

“El barrio aún tiene heridas. Revivir cosas así, además en mitad del juicio, duele”, asiente Fred Rollat. Este padre de familia pensó igualmente en su hija Margo, alumna en un colegio cercano. El ayuntamiento de París le advirtió por mensaje de texto que su hija estaba encerrada en el establecimiento, por seguridad.

“Nos dijeron que había un problema con gente con un cuchillo, [que] nos quedáramos en el patio”, cuenta Margo. En cuanto el colegio reabrió, Fred fue a buscarla, “para tranquilizarla y tranquilizarme”.

Sabrina, por su parte, acababa de retirar a su hijo de dos años de la guardería, antes de pasar por sus otros dos hijos de cuatro y nueve años, en el colegio. “Es un alivio. Trabajo al lado, oí las sirenas, me dije ‘algo pasa’. La vida continúa pero lo que nos pasa no es fácil”, afirma.

“Nos largamos de París”

Para Fred, el atentado de 2015, “unió en el dolor” a los vecinos. “El barrio sufre pero se mantiene unido, se ayuda. Todos fuimos a la manifestación con nuestras pancartas de apoyo ‘Je suis Charlie’ [“Yo soy Charlie”]. Haber vivido esas experiencias nos acerca”, asegura.

Otros tienen ganas de dejar el barrio, como Céline, que arremete contra “una justicia laxista”. “Lo que acaba de ocurrir es indignante, lamentable, triste. Por supuesto que remueve cosas, aún nos acordamos. Ya no queremos vivir aquí, ni tampoco en Francia”, lanza.

Gilles y Say se preparan por su parte a hacer las maletas definitivamente, tras 25 y 40 años respectivamente viviendo en este distrito parisino.

Precisamente acababan de hacer el inventario de salida del apartamento de Say cuando vieron “charcos de sangre, policías que corrían en todas direcciones, los bomberos”.

“Me recordó a ese pobre señor Merabet”, el brigadier que los hermanos Kouachi mataron en el bulevar Richard Lenoir tras haber perpetrado el ataque de Charlie Hebdo, dice Gilles.

“Muchas personas se fueron del barrio después de 2015: en línea recta estamos a 50 metros de Charlie Hebdo y a 150 metros del Bataclan. Durante el ataque [contra la sala Bataclan el 13 de noviembre de 2015], oí cómo las ráfagas [de disparos] hacían temblar las ventanas. Nosotros nos largamos de París, pues nunca nos recuperamos de los atentados”, asegura. (AFP y EFE)

 

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