Contemplar la diversidad de género

Por SERGIO SERRICHIO (*)

En los distintos dispositivos la participación de las mujeres ha ido incrementándose año a año, sobre todo en aquellos trayectos de oficios considerados por el imaginario histórico y social para un perfil “masculino”, logrando, en el inicio de 2020, revertir la tendencia en la inscripción, en la cual el porcentaje de mujeres ascendió al 52%.

Desde la Escuela se vienen generando distintas prácticas y dispositivos de inclusión y permanencia en clave de transversalizar una perspectiva de género. Las interpelaciones de esta coyuntura y la incorporación de esta perspectiva, implicó la decisión y necesidad de visibilizar variables que permitan guiar y materializar dicha impronta. Se modifican procesos e instrumentos, y así la autopercepción de las personas se valora como un emergente de diversidad que pueda impactar la orientación del diseño de las propuestas.

Por tanto, intentar permear absolutamente todos los procesos ha obligado a acentuar esta mirada desde el momento de la difusión, el armado y composición de los grupos, las temáticas que atraviesan los contenidos, la problematización de los roles instituidos, de las habilidades asignadas, la formación de los equipos, la intervención en emergentes vinculados a la violencia de género, la mirada en los espacios de vinculación laboral.

Creemos que la mera incorporación de las mujeres en los trayectos formativos no es garantía de su inclusión, por lo que se torna necesario generar mecanismos que permitan un tratamiento diferenciado que identifique, analice y supere las desigualdades históricas entre los géneros, las cuales de no visibilizarse impactan negativamente en el sostenimiento de cualquier implementación que tenga la pretensión de incorporación de una perspectiva que contemple la diversidad de género en su diseño y ejecución.

(*) Director de la Escuela Universitaria de Oficios