Recetas para la deuda latinoamericana

Edición Impresa

Latinoamérica deberá enfrentar de manera diversa pero con sentido de cooperación la crisis provocada por la abultada deuda que varios de sus países ya arrastraban desde antes de la pandemia, para crear estrategias que dinamicen las economías, que se pueda generar un espacio fiscal y que la región logre cumplir con sus obligaciones.

Las previsiones de distintos organismos internacionales para este año ya alertaban de un deterioro fiscal sobre todo en Brasil, Argentina y Colombia, y en menor medida en Chile y Perú.

La economía de la región ya se veía afectada en muchos países por las numerosas protestas y manifestaciones contra la corrupción y para exigir reformas ante la precaria situación de la sociedad, a lo que se sumó la caída de los precios de las materias primas, principal rubro de las exportaciones de la región, y el desplome del valor del petróleo.

Cuando se desató la gran recesión en 2008, la deuda pública de Latinoamérica era casi del 40 por ciento del PIB, hoy en día se estima que esa cifra puede ser de más de un 60 por ciento del PIB regional, según las proyecciones de diferentes organizaciones. Mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que la deuda a nivel mundial pasará del 83,3 por ciento en 2019 a 96,4 por ciento este año.

Las estimaciones de la agencia de calificación Fitch en abril señalaban que “el cien por cien de los países verán un incremento de la deuda en 2020, con una media del 6 por ciento del PIB”.

Uno de los factores principales que deben corregir los Gobiernos de Latinoamérica en adelante es ampliar el escaso margen fiscal que tienen para poder responder a las necesidades de los diferentes sectores, con especial atención al sistema sanitario y los programas sociales.

En una región donde el donde más del 50 por ciento de la población trabajadora se encuentra en la informalidad, se deben impulsar reformas que “faciliten la inversión y la creación de empleos”, recomendó Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

También es fundamental que pese a las diferencias, los países de la región generen espacios a través de la cooperación para estimular la economía regional e incentivar sectores comunes y fortalecer los mercados de materias primas.

Para Jaramillo, “la prioridad en este momento es contener el avance de la pandemia, sostener el empleo y cuidar a los más vulnerables”. EFE

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE