El nuevo encuentro familiar

Edición Impresa

Susana Machado García

Psicóloga

No estábamos preparados, no habíamos vivido nunca una experiencia semejante, la familia se mantuvo junta durante meses y la casa de pronto se volvió un pequeño espacio donde coexisten todos; muchos pudieron expresar sus temores, sus ansiedades, sus enojos para mas tarde hablar de los que los atravesaba, haciendo que sus hijos supieran que nada era como antes, que mamá y papá eran humanos no súper héroes y que podían llorar y estar asustados.

Debieron recurrir a horarios internos generando nuevos hábitos, respetando espacios para las clases y para el home office.

Considero que fue mas difícil con hijos adolescentes; su frustración, fastidio, enojo pudo reflejarse en el trato a los padres, esto pudo ser contemplado en diálogos posteriormente. Muchos pudieron conocer sobre los gustos, preferencias y habilidades de sus hijos logrando una mayor cercanía y una mejor vinculación.

 

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