“Un procedimiento de alta complejidad”
Edición Impresa | 2 de Febrero de 2021 | 03:02

Raquel Staciuk, jefa de Trasplante de Médula Ósea del Hospital Garrahan, explicó que “un trasplante de médula ósea es un procedimiento de alta complejidad, consistente en sustituir un sistema hematopoyético alterado por uno sano. Se trata entonces de reemplazar el sistema de células CPH encargado de “fabricar la sangre” con sus diferentes tipos de células: sus glóbulos rojos que aportan oxígeno, sus glóbulos blancos que nos defienden de las infecciones, y las plaquetas que ayudan a una buena coagulación. Las CPH se concentran en un tejido que se encuentra dentro de la cavidad central de los huesos, pero también en el cordón umbilical. Refugiadas en estas dos fuentes de tejido hematopoyético, las futuras células de glóbulos rojos, blancos y plaquetas maduran hasta estar listas para salir a cumplir su función en el organismo, circulando por la sangre periférica”.
Respecto al caso de Milo y Jano, la médica explicó que “los hermanitos recibieron de un misma persona no relacionado por ser genéticamente idénticos y por ser apta la relación de peso corporal donante-receptores que, en estos casos, cuando se verifica la histocompatibilidad, se solicita al Incucai una cantidad de células hematopoyéticas (CPH) adecuado al peso del paciente, dado que para cada volumen corporal existe un mínimo necesario de CPH a transfundir para que el sistema hematopoyético e inmunológico se reconstituya”.
“Lo que se pudo hacer en este caso -añadió- es que de un solo donante se obtuvo la cantidad de CPH para hacer los dos trasplantes, pero no fueron simultáneos porque ese producto llegó al hospital y se criopreservó en dos bolsas que se usaron cada una en el momento más adecuado para cada uno de ellos”.
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