“A Maradona le daban osobuco con grasa y sandwiches de miga”

Testigos dieron precisiones de la alimentación y cómo controlaban sus teléfonos

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El testimonio brindado por dos acompañantes terapéuticos de Diego Armando Maradona a los fiscales que investigan las circunstancias en su muerte, el pasado 25 de noviembre en un country del partido bonaerense de Tigre, complicaron al entorno del por entonces entrenador de Gimnasia. Se trata de Alejandro Daniel Cottaro y Carlos Bacchini, quienes confirmaron las versiones que daban por cierto que al “10” se le filtraban las comunicaciones telefónicas y que la alimentación que se le proporcionaba, lejos estaba de ser compatible con sus problemas de salud. Es más: dieron por seguro le daban de comer osobuco con grasa y sandwiches de miga de jamón y queso, que en este caso fueron descubiertos en su habitación la mañana en que se produjo su deceso.

En la Fiscalía General de San Isidro, donde se investiga un posible homicidio culposo, Bacchini hizo referencia a Maximiliano Pomargo, cuñado del abogado Matías Morla, y a Jonathan Espósito, sobrino de Maradona, quienes eran las personas más cercanas en su internación domiciliaria, y respecto a cómo era su comunicación por teléfono celular, explicó que había dos aparatos a disposición: “Cuando sonaba el teléfono le decían al que llamaba ‘el Diez está durmiendo’ y Diego estaba ahí con nosotros. Diego no los escuchaba porque cuando sonaban se iban al parque o se alejaban. A los que observé hacer esto eran Maximiliano y Jonathan”.

Esta declaración testimonial se produjo justamente en paralelo a la apertura de los dos celulares marca iPhone que pertenecieron al ex futbolista y que fueron secuestrados el día de su fallecimiento en la casa del barrio San Andrés. Utilizando un sofisticado sistema denominado UFED, los peritos informáticos extrajeron información que por estas horas está siendo analizada.

En otro momento del testimonio, el mismo acompañante terapéutico se mostró sorprendido cuando vio la comida que el entorno le daba a Diego: “Desde mi punto de vista no lo dejaban decidir por ejemplo con las comidas. Él pedía algo que quería y le decían que ya estaba la comida hecha. Recuerdo que Diego quería comer un día churrasquitos y le dieron osobuco con grasa. Yo no le hubiese dado eso a Diego sabiendo que tenía, como todos decían, problemas de corazón”. Por lo menos curioso, teniendo en cuenta que Romina Milagros (”Monona” Rodríguez) cumplía funciones como cocinera.

El primero prestar testimonio fue Cottaro, quien recordó que estuvo con Maradona en la Clínica Olivos y luego fue convocado para asistirlo en la casa de Tigre. Explicó que llegó la mañana del viernes 13 de noviembre, dos días después de la externación, y debía permanecer hasta las 19 para cumplir su turno de 12 horas. “Diego estaba como blindado. El sobrino y los de seguridad te aislaban de Maradona, es como que no querían que tuviéramos contacto con él. Si él nos hablaba, todo bien, pero si uno quería acercarse, enseguida los de seguridad y los demás (Jonathan Espósito o Maximiliano Pomargo) se interponían”, relató.

Cuando los fiscales escucharon los referidos detalles acerca de la alimentación que recibía Maradona, quisieron profundizar, y en esos términos, llegó la siguiente ampliación sobre el comportamiento del entorno: “Nunca mencionaron que Diego tuviera problemas del corazón a las personas de la casa y le daban de comer lo que ellos querían. No seguían ningún plan de dieta”.

 

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