Detrás de la magnífica noche de “La Pulga”, quedó la imagen nítida de un segundo tiempo muy pobre
Edición Impresa | 15 de Marzo de 2021 | 03:05

Por MARTÍN MENDINUETA
Sería loable que el equilibrio extraviado por los albirrojos durante su primera caída, pudiera encontrarse a la hora de analizar en frío su desempeño global. En el marco general de un ciclo muy positivo, liderado por el director técnico Ricardo Zielinski, Estudiantes se topó con un duro rival, bien trabajado en lo táctico y armónico en sus movimientos estratégicos, que supo llevarse lo que ambos querían. Colón genuinamente lo superó.
Luego de un primer tiempo parejo, roto por la formidable ejecución del tiro libre que encontró alguna responsabilidad en Mariano Andújar , el “León” terminó impotente; visiblemente aturdido por la nociva combinación de su impericia ofensiva y del desorden en defensa que lo llevó a exponerse de un modo peligroso.
El impacto, nada agradable, por la merecida derrota no debiera nublar ni confundir todo lo bueno que viene construyendo desde que el “Ruso” y sus colaboradores empezaron a caminar por el Country de City Bell. Algún día iba a perder. Estaba en los cálculos y forma parte de la competencia. El ciclo que viene logrando un notable repunte futbolístico, y que además ha curado la tan golpeada autoestima de todo el plantel, ahora deberá aprender otra lección: Ponerse de pie después del golpe que cortó un envión inicial tan furibundo como dulzón.
EL RETOQUE QUE IDEÓ EN EL MEDIO NO AYUDÓ
De ningún modo Iván Goméz debiera aparecer en la primera plana del traspié. Jugó sólo el primer tiempo y, si bien lejos quedó de destacarse, mientras estuvo en cancha la pulseada se apreciaba sumamente equilibrada. El tema fue que Sánchez Miño jamás se convirtió en el generador de las lúcidas combinaciones que pretendió Zielinski. Y su prestación resultó todavía más deficitaria cuando al salir Pasquini (no se muestra sólido en ninguna faceta), pasó a jugar como marcador lateral izquierdo con tibias intenciones de ser una buena puntada creativa.
El complemento desnudó las más crudas carencias albirrojas. El flojo nivel de Godoy reclama que alguien le compita por esa titularidad que en su caso parece mucho premio. Agustín Rogel, con buenos cruces y sin timidez para pasar al ataque, finalizó dejando mejor imagen que Noguera. A David Ayala le tiraron la pesada mochila de hacer jugar a todos y su despliegue le alcanzó para recordarle al entrenador que el equipo lo necesita. El “Corcho” pintaba para figura (su claridad sobresalió en el tiempo inicial), pero afectó su inteligente lectura del juego el notorio declive de sus compañeros. Y como si lo apuntado fuera poco, ningún delantero lució capaz de generar peligro. Todos sucumbieron ante la efectiva sobriedad de un Paolo Goltz esencial para el puntero santafesino.
Perdió por primera vez. Sólo eso. Ningún incendio ha prendido fuego el proceso de trabajo que goza de buena salud. Las cosas en su justa medida.
Algo importante. Mientras tenga claro que no se fue a dormir frustrado solamente por la enorme jerarquía de Luis Rodríguez, más fácil encontrará los posibles remedios para presentarse mejor en la calurosa atmósfera de Santiago del Estero. Partir de un diagnóstico equivocado puede aumentar los riesgos de transitar otra jornada amarga. El talento de “La Pulga” significó la gran diferencia entre vencedor y vencido, pero de ninguna manera la única.
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