Un plantel corto que sigue quedando en evidencia y un banco sin variantes

Por WALTER EPÍSCOPO

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Cuando terminó el partido en la cancha de Independiente en la fecha pasada, fue Leandro Martini el que dijo que no se iba a hablar más sobre el plantel corto. “El plantel está armado así. Lo del plantel ya está, nosotros vamos a luchar con lo que tenemos”, señaló uno de los técnicos del Lobo.

Y está claro que durante la actual competencia lo va a sufrir, más allá que puedan darse buenos resultados o actuaciones. Gimnasia juega intenso, va y va, presiona, pero cuando se encuentra con un rival que corre mucho como Defensa y Justicia, se termina “fundiendo”. Ahí es donde se necesitan respuestas desde el banco de suplentes. Y está claro que no las hay...

Frente al Rojo, la dupla debió hacer un cambio obligatorio en el primer tiempo y ante la lesión de Maxi Coronel, ingresó Leo Morales. Pero después, solamente realizaron dos variantes (Barrios y Comba por Contín y Miranda), cuando hoy se pueden hacer cinco.

Y lo que pasó en Avellaneda no fue casual. Anoche ocurrió lo mismo por que Martini y Messera solamente realizaron dos cambios (Ramírez por Miranda y Contín por Barrios). No es fácil quedarse sin Goltz, Caco García y Paradela; tener afuera a Coronel y Pérez García y sin poder contar con Cecchini que llegó como refuerzo.

Hoy la dupla se da vuelta, mira el banco y no tiene jugadores para cambiar la ecuación de un partido. Es notorio ello, y por otro lado no quieren tirarle la presión a los pibes en un partido “chivo”. Recordemos que en el triunfo ante Talleres, Miramón debutó con el partido ya 2-0; y los juveniles Mamut y Napolitano con el resultado 3-0. Y es lógico que así pase. Eso es más viejo que el propio fútbol.

Gimnasia “sufrirá” (o mejor dicho la dupla técnica) de estar limitada cuando necesite dar un golpe de timón desde el banco. Por más que duela, sea recurrente o canse. “Es lo que hay” dirán unos, “es lo que queda”, dirán otros.

Unos pidieron refuerzos, otros no los trajeron. Y mientras tanto, como en el viejo Antón Pirulero, cada cual atiende su juego...