Buscó de todas las maneras, no lo encontró de ninguna

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Fernando Alegre

falegre@eldia.com

Estudiantes no es un equipo vistoso, de eso no hay ninguna duda. Aferrado a su idea, muchas veces elige prescindir del elemento fundamental, pero aún así termina consiguiendo lo que busca su entrenador: tres puntos más.

Por momentos haciendo poco, por otros haciendo más, la fortuna mayormente ha acompañado al Pincha de Ricardo Zielinski, que aparenta tener más unidades de las que refieren lo que hacen sus dirigidos dentro del rectángulo de juego.

Sin embargo, esa cuota de azar ayer se tomó franco y su equipo no pudo quebrar a Gimnasia de ninguna manera, pese a buscarlo por varias vías y terminar siendo, por lo menos a la vista, el dueño de la pelota.

En primera instancia fue el juego directo, intentando hacer valer la potencia y altura de sus delanteros ante una rival que evidenció no estar al ciento por ciento desde lo físico tras el brote de covid. No pudo.

Ya en el complemento, el DT sorprendió con tres “torres” a la vez (Díaz, Cauteruccio y González), pero ni así contó con la puntada final para quebrar el cero en el arco de Rodrigo Rey, a veces por virtud del arquero y otras por falta de puntería, fortuna o como se le quiera llamar.

Con todo a favor (localía, antecedentes inmediatos, impulso y un rival cansado), Mancilla vio la segunda tarjeta amarilla y le otorgó un argumento más al Pincha para buscar las tres unidades y escribir un nuevo triunfo en los clásicos platenses.

Sin embargo, el León se chocó con su impericia, esa que se hace presente en cuerpo y alma cuando debe tomar las riendas del juego con la pelota en sus pies. Esa parte todavía está en el Debe y es una de las razones por las que no terminó siendo un feliz domingo para el pincherío.

En la estadística quedará un empate en cero en el primer clásico en el renovado estadio de 1 y 57. Clásico que dejó sabor a poco.

 

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