Un camuflaje que les ayuda a circular y tener control de las calles, pese a todo
Edición Impresa | 13 de Mayo de 2021 | 01:51

En estos días de rutina casi inalterable a fuerza de las restricciones de circulación que se impusieron con la segunda ola de la pandemia, después de las 8 de la noche los repartidores de casas de comida y aplicaciones son protagonistas excluyentes de la calle; por eso mismo blanco del delito, así como disfraz del delincuente, lo que explica que desde hace meses las características mochilas de los repartidores sean tan preciadas en un asalto, tanto como sus motos, bicicletas, billeteras y celulares.
“En los operativos contra motochorros se identifica a repartidores elegidos al azar y se coteja su identidad con las empresas o comercios a los que dicen pertenecer”, dijo un jefe policial consultado por este diario, sin pasar por alto que “en los grupos de WhatsApp que nuclea a estos trabajados hay representantes de la fuerza para estar al tanto de los alertas en el mismo momento en que ocurren los eventos”.
El episodio ocurrido ayer en La Loma registra en la Ciudad varios antecedentes, aunque el más trágico fue, sin dudas, el asesinato de Carlos “Charly” Alvarez Allende (44) el 4 de noviembre pasado en una estación de servicio de 7 y 90, donde falsos repartidores de Rappi lo abordaron a las 11 de la noche con fines de robo y no dudaron en dispararle para quitarle su moto Honda Twist.
Álvarez Allende, que también era repartidor pero se ganaba la vida trabajando y exponiéndola en la calle, murió tras agonizar varios días.
La investigación policial permitió luego identificar y atrapar a los acusados, de 15 y 19 años en aquel momento, con antecedentes por hechos similares, cometidos con la misma modalidad.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE