Un argentino entre los muertos en una estampida

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Israel continuaba ayer con los funerales de las víctimas de la brutal estampida que causó 45 muertos, entre ellos un argentino, durante una peregrinación de judíos ortodoxos al monte Merón.

“La catástrofe del monte Merón es una de las más graves que golpeó al Estado de Israel”, declaró el primer ministro, Benjamín Netanyahu, quien decretó para hoy una jornada de luto.

Entre los fallecidos hay un argentino que la Embajada de Israel en Buenos Aires identificó como Abraham Daniel Embon, lo que fue confirmado luego por la Cancillería argentina que se solidarizó con sus allegados.

El joven tenía 21 años y era estudiante, precisó la Agencia Judía de Noticias (AJN) e informó que su familia viajará a Israel para realizar el entierro una vez finalizado el sabbat (día de reposo semanal judío).

El padre de la víctima fatal es el rabino David Embón de la comunidad Sucath David de la zona porteña de Once, quien se trasladará junto a su esposa y su otro hijo en un vuelo de Aerolíneas Argentinas a Miami y desde allí partirá hasta el Estado judío, según indicó el medio.

El Ministerio de Salud de Israel informó que los cuerpos de 32 víctimas de la catástrofe fueron identificados y que 22 cuerpos ya fueron inhumados.

“Debido al sabbat y por orden del gran rabino de Israel, no es posible proseguir el proceso” de identificación, así como los entierros, precisó la cartera sanitaria.

El jueves a la noche, decenas de miles de personas se reunieron para celebrar la fiesta judía de Lag Baomer en el monte Merón, en torno a la supuesta tumba de Rabí Shimon Bar Yojai, un talmudista del siglo II al que se atribuye la redacción del Zohar, una obra central de la mística judía.

Antes de la catástrofe, una densa muchedumbre bailaba y cantaba. Hombres y mujeres estaban separados, y numerosos niños estaban presentes, entre velas encendidas, según imágenes de video descriptas por la agencia de noticias AFP.

En un momento, una enorme cantidad de peregrinos se amontonó para pasar por un pasillo muy estrecho y se produjo la estampida.

“Llegó más gente, cada vez más. La policía no la dejaba salir y comenzaron a apretarse unos contra otros, y luego a aplastarse mutuamente”, relató Shmuel, de 18 años y testigo de la tragedia.

 

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