Los torneos locales son una condena

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El punto débil en el ciclo de Marcelo Gallardo como entrenador de River, desde la temporada 2014, ha sido la competencia local. Mientras festejó copas internacionales y su nivel de juego mereció sostenidos elogios, un título argentino se le negó sistemáticamente. Con un ejemplo cercano: la última Superliga, aquella que perdió en un mano a mano con Boca, a manos de Miguel Ángel Russo. La derrota sufrida ayer ante Banfield le complicó a River y a Gallardo la clasificación a cuartos de final de la presente Copa de la Liga Profesional, y de quedar afuera del grupo de ocho equipos que definirá el título de campeón, la historia volvería a repetirse. Hasta aquí, ha sumado 18 puntos y dejó otros 18 en el camino.

 

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