Cuentas oficiales y redes sociales: trampas escondidas detrás de los nuevos hábitos

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La mayoría de los bancos argentinos, como todas las empresas y organismos, aumentaron su presencia en redes sociales en los últimos dos años, lo que devino en otro foco de ciberdelincuencia contra el que las entidades dicen luchar a diario para concientizar a sus usuarios a través de sus cuentas oficiales. Sin embargo, a esta altura no estaría de más preguntarse si está bien que los bancos las tengan.

Sucede que en las redes sociales oficiales de esas entidades las personas dejan comentarios con dudas, los delincuentes las contactan por privado simulando ser un operador de su banco y les ofrecen ayuda. A cambio, solicitan las claves bancarias para poder “solucionar” el problema. Una vez adentro de las cuentas, hacen verdaderos desastres, transfiriendo todos los fondos que hubiera, o pidiendo préstamos preotorgados (“beneficio” que los bancos habilitan sin chance a rechazarla), sin contactar por cualquier vía al titular de la cuenta para constatar que efectivamente esté realizando esas operaciones.

Para prevenir este tipo de estafas, hay que tener en cuenta que el nombre de usuario de Instagram imita el nombre de la entidad bancaria y hay que leerlo detenidamente.

Otra manera de distinguir una cuenta falsa en redes sociales es que no tienen el tilde azul, es decir, su cuenta no está verificada mientras que los bancos argentinos sí cuentan con la verificación oficial de Instagram o Twitter. De cualquier modo, los expertos recomiendan no seguir a los bancos en redes sociales; no hacer consultas o intercambiar información sensible por esta vía y nunca ingresar claves en links desconocidos, porque los bancos no las necesitan para resolver inconvenientes.

 

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