Hasta falsificaron los test PCR negativos en la desesperación por estar en el Maracaná
Edición Impresa | 11 de Julio de 2021 | 05:12

Horas verdaderamente agitadas vivieron ayer los argentinos que pudieron ingresar al estadio Maracaná para ser testigos de una final que hasta un día antes se jugaba sin público en las tribunas, por disposición de los organismos que atienden las cuestiones sanitarias en Brasil, los cuales terminaron permitiendo el ingreso de 5.500 espectadores, cantidad mínima solicitada por la Conmebol.
Ni bien el viernes se conoció la noticia, fanáticos de la Selección nacional fueron por las credenciales que habían sido prometidas sin costo al Consulado de nuestro país en Río de Janeiro, edificio dentro del cual se cumplía un trámite que finalizó con pocas entregas y la promesa que ayer el expendio sería más ágil.
Con número de orden para quienes no pudieron recibir la autorización para ingresar a ver el Brasil-Argentina disputado anoche y la llegada de una verdadera multitud desde ciudades cercanas, la imagen de una larga larga fila se repitió ayer desde la mañana en el Maracanazinho, microestadio del mitico escenario.
A pocos metros del sitio donde los argentinos esperaron el ticket se ubicaron con el mismo propósito hinchas brasileños, conociendo en estas circunstancias los sectores que les corresponderían: los visitantes en la cabecera sur, ingresando por el Portón C; los locales en la tribuna norte, con acceso por el Portón E. En todos los casos, tras aprobar controles que prestaron especial atención en una copia impresa de su PCR negativo en el plástico de las credenciales colgadas en el pecho.
A propósito de esto, autoridades de la Conmebol denunciaron que hinchas argentinos y brasileños falsificaron pruebas negativas de PCR para acreditarse. El ente rector del fútbol sudamericano comunicó que “fue detectada una considerable cantidad de pruebas de PCR fraudulentas, de personas acreditadas tanto en la tribuna argentina como en la tribuna brasileña”.
Los accesos al estadio Maracaná de Río de Janeiro “serán extremadamente rigurosos”, avisó la Conmebol en las primeras horas de la tarde, advirtiendo que que “no podrán ingresar” aquellas personas que hayan adulterado los testeos. “Todos los asistentes deberán presentar la prueba de laboratorio con resultado negativo para poder acceder”, informó la entidad con sede en Luque, Paraguay.
Brasil, país organizador, y Argentina, su clásico rival, definieron anoche la Copa América en el Maracaná, que tuvo el 10 por ciento de su aforo habilitado por una disposición excepcional de la intendencia de Río de Janeiro en medio de la pandemia de coronavirus. Del total de invitaciones, unas 2.200 le correspondieron a los hinchas argentinos, quienes en su mayoría retiraron sus tickets ayer por la puerta 7 del Maracanazinho.
En la concentración de los argentinos residentes se escucharon diferentes historias de cómo llegaron a vivir en Brasil, con situaciones muy variadas, porque hasta hubo jóvenes que dieron por seguro que tienen domicilio en nuestro país y que habían viajado especialmente con motivo de esta final, recibiendo la buena nueva sobre la presencia de público en las tribunas en pleno viaje.
La abundante cantidad de latas de cerveza, moneda corriente en un lugar plagado de camisetas identificadas con equipos del fútbol argentino, permitió sospechar de algunas historias, pero la emoción de esta increíble previa pareció dar luz verde a todo tipo de relatos.
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