Lo que dejó el acto del FdT en La Plata: una convocatoria repentina y sillas que sobraron

Rara. Repentina. Sorpresiva. Con esos y otros epítetos, funcionarios provinciales y dirigentes oficialistas que militan en el plano local admitían ayer su asombro por la convocatoria al plenario del Frente de Todos que les llegó al mediodía del martes. Es decir, pocas horas antes de que en el Estadio Único de La Plata desembarcaron Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Sergio Massa y Máximo Kirchner, entre otros referentes de la coalición gobernante.

En esa invitación, que llevó vía WhatsApp y que todavía no confirmaba las presencias de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el Gobernador convocaba a funcionarios y dirigentes para las 9.30 de ayer. Y rápidamente fue interpretada como un intento por mostrar “fortaleza y unidad, hacia adentro y hacia afuera” tras el escándalo que abrió la difusión de fotos del cumpleaños de Fabiola Yáñez (y del que participó el Presidente) en la Quinta de Olivos, en julio pasado, cuando el país estaba sometido a las limitaciones de una cuarentena estricta que prohibía todo tipo de reuniones.

En la Provincia, en tanto, explicaron que el plenario fue pensado como el colofón de una etapa en la que ya no se pueden hacer actos públicos para captar votos.

Ayer, y aunque entre los discursos vertidos durante el plenario se admitió que “se cometieron errores, como cualquiera”, no hubo ninguna alusión al festejo en Olivos que, incluso, ya es un quebradero de cabeza para la dirigencia oficialista platense.

“Golpea y molesta porque tenemos que ponernos a discutir una foto en lugar de debatir ideas”, decía ayer uno de los invitados al acto celebrado en el Estadio Único de La Plata, molesto además por el pedido de disculpas del Presidente: “No podés disculparte diciendo que sos un hombre común, porque no vivís como un hombre común, no sos un hombre común”, protestaba.

Acaso molestos por eso o impedidos de llegar por el súbito armado del acto, fueron varios los que ayer pegaron el faltazo. Se esperaban 500 y asistieron unos 400, lo que minutos antes del comienzo obligó al personal organizador a apilar y poner a la sombra de las cámaras cientos de sillas vacías.